Nuestra Redes Sociales

NACIONALES

El presidente que hace tabula rasa con todas sus convicciones

Es muy fácil recordar la infinidad de veces en las que Javier Milei no resistió al archivo y terminó actuando en contra de lo que había predicado. Quizás el caso más emblemático fue cuando ofreció a la excandidata a presidente de la Nación por Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, hacer “tabula rasa” con todas sus diferencias para que esta lo apoye en el balotaje y sea luego su ministra de Seguridad, a pesar de que solo unos días antes la había llamado “montonera asesina”

También podemos recordar cuando, de Mauricio Macri, el expresidente que ahora Milei dice admirar, decía: “es un socialdemócrata, es decir, de izquierda” o “es como el Partido Demócrata en EEUU, pero más estúpido”.

Otra ocasión interesante fue cuando afirmó que se cortaría un brazo antes que subir un impuesto, y a pesar de que está inmerso en una batalla con los gobernadores porque estos no le permiten subir las retenciones, parece que todavía tiene sus dos brazos intactos. Tampoco se entiende cómo votó a favor de quitar el impuesto a las ganancias y una de las principales decisiones apenas asumió fue reinstalarlo.

Sobre el dirigente que eligió para ser su ministro de Economía, Luis Caputo, hace un tiempo Milei aseguraba que “se esfumó 15 mil millones de reservas irresponsablemente”, “es uno de los responsables del 28D” e “hizo uno de los grandes desastres del Banco Central”.

No nos olvidemos tampoco cuando en medio de lo que en el entorno de Milei llamaban “campaña del miedo”, el en ese momento candidato a presidente dijo que, a pesar de que Massa amenazaba con que Milei, de asumir, multiplicaría el precio del boleto del colectivo, él no subiría el precio en una situación crítica y esperaría a que aumenten los salarios. Hoy, la inflación es el doble que con el gobierno anterior, los sueldos solo se deterioran y el presidente, faltando a su palabra, como muchas veces, quitó los subsidios al transporte en el interior del país.

Y estas son solo algunas de las muchas contradicciones de nuestro presidente, pero que son suficientes para darnos cuenta de que, a pesar de su aparente ortodoxia en muchos temas, Milei es más pragmático de lo que parece, y ha traicionado sus principios en más de una ocasión.

De todas formas, este artículo no tiene como objetivo hablar de la volatilidad de las ideas del presidente con respecto a Macri, Caputo, Bullrich o los impuestos, sino de la innumerable cantidad de faltas de respeto a uno de los argentinos más importantes de la historia, como lo es el Papa Francisco.

Una de las noticias más importantes de la semana fue la visita de Milei al Vaticano, para reunirse con el Papa Francisco. A continuación, vamos a repasar alguna de todas las declaraciones de Milei, insultando y menospreciando al Papa, acusándolo de cualquier tipo de barbaridades.

Mayormente a través de Twitter, aunque también en algunas apariciones televisivas, el presidente ha sido muy duro con el Papa. Todos recordamos a Milei hablando de que los impuestos son un robo, y a pesar de que ahora intenta subirlos, antes fue muy crítico con Francisco cuando el Papa dijo que todos deberíamos pagar impuestos para mejorar el funcionamiento de los Estados.

Por otro lado, ha tenido ocasiones en las que fue más agresivo, diciéndole “zurdo”, “basura socialista” y “representante del maligno en la Tierra, sentado en el Trono de la Casa de Dios”.

Luego de todas estas agresiones, Milei pareció hacer tabula rasa, como con muchas de sus convicciones, y fue a visitar al Papa Francisco, reunión en la que se mostró muy feliz y emocionado.

Ahora bien, ¿por qué Milei, a pesar de haber evidenciado su odio hacia el Papa, decide reunirse con él en este momento? Quizás sea para aferrarse a la religión, o en su vocabulario, a las “Fuerzas del Cielo”, y no a las fuerzas terrenales, como sería la política. ¿Por qué sucede esto? En política, se deposita el voto en un dirigente, esperando que este traiga resultados. En el caso argentino, principalmente en materia de salarios, inseguridad y, por sobre todas las cosas, inflación. Ya lo vimos con los últimos dos presidentes, quienes no lograron tener resultados en estas áreas, y la sociedad prefirió elegir a otro candidato luego de cuatro años. En la religión (o en las Fuerzas del Cielo), eso no sucede. Uno no cambia de Dios si el Dios en el que creía no le ofreció resultados. Es por ese motivo, que el presidente busca fortalecer su costado místico hasta conseguir resultados, tratando de mantener su apoyo, el cual conseguirá pura y exclusivamente si la gente acepta sufrir por más que solo vea resultados negativos, pero obteniendo valores simbólicos como el sentir que están en el lugar correcto de la historia. Para ello, tal como decía el escritor italiano, Umberto Eco, el presidente siempre está en búsqueda de construir un enemigo, o en palabras de Milei, el representante del maligno en la Tierra. Este enemigo fue el Papa, pero dejó de serlo. Quizás este enemigo sea el desdibujado concepto que quedó de casta, porque la casta ya no son más los políticos, son solo aquellos que no deciden alinearse a su pensamiento, porque personajes como Scioli, Caputo o Bullrich eran parte de ella, hasta que decidieron pasar a ser “argentinos de bien”.

En conclusión, los resultados no parecen llegar pronto, pero el presidente debe mantener su discurso místico hasta que lleguen, intentando retener la convicción de ese 30% que lo apoya masivamente, y al que cualquier resultado le parece una victoria.

Escrito por: Ingoglia Tomas