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DESDE EL LADO DE LA APATÍA

Durante la cadena nacional del sábado pasado, se hizo presente en el acto el popular cantante y artista “L-Gante”, quien cantó el himno de una forma que no resultó agradable para algunas personas.

El artista recitó la frase “sean eternos los laureles que supimos conseguir”. Cabe destacar que el himno nacional no fue interpretado de la manera tradicional, sino que fue entonado representativamente de manera que un conjunto de cantantes y músicos encabezaron el mismo, entre estos estuvo “L-Gante”, quien contribuyó con su parte con un ritmo cumbiero.

El mismo acto, pero especialmente la parte del artista previamente mencionado, fue duramente criticado por quienes piensan que el himno debería ser llevado de la forma típica. Los mismos condenaron directamente lo sucedido durante el acto.

Ahora bien, ¿existe un factor o hecho que dé a lugar un reclamo que intente exponer la falencia del himno previamente representado? La verdad es que no, dado que, si bien la melodía fue alterada, en ningún momento se alteró la letra, por lo que no, el reclamo es erróneo. Las críticas provienen desde un lado apático al cambio y a la diversidad, dado que se ha modificado en múltiples ocasiones la melodía del himno, pero nunca se le ha repudiado, más el nuevo factor incluye el hecho de que el artista quien interpreta el acto no es de su agrado.

Justamente, el acto fue llevado a cabo durante la celebración de la restauración de la democracia. Eso significa la democracia, el hecho de entender y aceptar la diversidad más allá de que uno no coincide, esa es la base del crecimiento.

Por: Ulises Llover