NACIONALES
¿Derecha vs derecha?
2023, nuevo año electoral en nuestro país, y en esta oportunidad nos encontramos ante las elecciones presidenciales. Al momento de escribir este artículo, ya hemos pasado por varios “ensayos electorales”, que quizás nos sirvan para entender qué viene sucediendo en Argentina y sus 40 años ininterrumpidos de democracia.
Crisis económica, continuidad de la crisis de los partidos políticos tradicionales, reconversión de los principales frentes electorales, porcentajes de abstención, votos blancos y nulos que marcaron récords en elecciones provinciales, irrupción de “outsiders” (puntos de los cuales bien podríamos decir que se deben a una crisis política en general) son parte, entre otros motivos, de los principales ítems que vamos a analizar.
Parafraseando un refrán, las crisis son oportunidades en Argentina, y varios jugadores supieron jugar bien tus cartas, o por lo menos es lo que algunas elecciones mostraron hasta el momento, así como también algunas encuestas (cada vez más cuestionadas). A continuación, me voy a referir a algunos de los principales hechos que vienen ocurriendo en la política nacional. Los mismos son: elecciones en Santa Fe y Córdoba, la interna entre los “Halcones” y las “Palomas” dentro del espacio Juntos por el Cambio, la reconversión del Frente de Todos a Unión por la Patria, y la irrupción y fenómeno de Javier Milei.
Elecciones como la de Santa Fe dieron cuenta de que la notoria crisis en materia de inseguridad y de la pobre gestión del gobierno provincial (PJ-Unión por la Patria) resultarán en una notoria y aplastante victoria del frente político-electoral “atrapa todo” Unidos para Cambiar Santa Fe (alianza provincial entre casi la totalidad de los partidos referenciados a Juntos por el Cambio a nivel nacional –UCR, PDP, PRO, GEN, entre otros- y el Partido Socialista– actor importante en la política provincial-). El ganador de las internas santafesinas, el radical Maximiliano Pullaro, no solo fue vencedor de la interna de su espacio (Unidos para Cambiar Santa Fe), sino que también fue el político más votado de las elecciones. Con pasado como Ministro de Seguridad del gobernador socialista Miguel Lifschitz (2015-2019), Pullaro optó por referenciarse en los pergaminos conseguidos durante su gestión ministerial, siendo que durante su etapa todos los índices delictivos vieron mejoras en sus preocupantes indicadores, y que después de terminar su gestión, debido al traspaso de mando, los niveles de inseguridad volvieron a aumentar significativamente, esta vez a niveles históricos. Cabe destacar que la temática sobre inseguridad también fue fundamental en las elecciones pasadas para que el PJ y su frente electoral provincial pudieran ganar las elecciones. Al margen de lo mencionado con anterioridad, vale la pena recalcar que, hasta el momento, las elecciones primarias santafesinas se convirtieron en las de porcentaje más bajo de participación, con menos del 60% del padrón habilitado a sufragar que concurrió a votar. Otro dato no menos importante es que la provincia de Santa Fe posee el tercer padrón electoral más importante del país, solo detrás de la provincia de Buenos Aires (donde se vota al mismo tiempo que en las elecciones nacionales) y de la provincia de Córdoba (provincia donde ya se votó por cargos ejecutivos y legislativos, y de la cual se hablará a continuación).
Las elecciones de Córdoba dieron resultados muy interesantes que merecen ser tenidos en cuenta, no solo por la importancia electoral de la provincia, sino por curiosidades que difícilmente puedan verse en otras partes del país. Las elecciones de la provincia mediterránea dieron como vencedor, como de costumbre hace más de 2 décadas, al PJ y sus aliados, esta vez bajo el sello frentista de Hacemos Unidos por Córdoba (PJ + Partido Socialista, Partido Demócrata Cristiano, GEN, partidarios radicales y del PRO, y un largo etcétera de fuerzas políticas que a nivel nacional responden a diversos frentes electorales). El ganador, Martín Llaryora (PJ), y su vice, Myrian Prunotto (partidaria del radicalismo dentro del frente), debieron esperar durante varios días para hacer oficial su victoria debido a que el principal contendiente opositor, Luis Juez, optó por denunciar mediáticamente que no estaba todo dicho, y que todavía se debía esperar el escrutinio definitivo. A regañadientes, y con el resultado final definitivo, Luis Juez aceptó la derrota. Siguiendo por este camino de derrotas, la más notoria no fue la del espacio referenciado con Juntos por el Cambio a nivel nacional, sino que la misma fue la referenciada con el Frente de Todos (Unión por la Patria), que terminó en un increíble sexto puesto, y apenas sumando un diputado provincial. Cabe recalcar que el kirchnerismo provincial había optado por apoyar en las elecciones anteriores al actual gobernador saliente, Juan Schiaretti (que a su vez es candidato presidencial por su espacio Hacemos por Nuestro País), y que recién en estas elecciones optaron por alejarse del “Cordobesismo”.
Por el momento, varios nombres fueron mencionados en este artículo, donde todos (con una única excepción), no se corresponden a actores políticos que representen al progresismo nacional, ni mucho menos. Sumado a esto, y como se mencionó anteriormente a tener en cuenta como actores importantes, por un lado, las “Palomas”, referenciadas con el Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los “Halcones”, referenciados con la Ex-Ministra de Seguridad durante el gobierno nacional de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, se muestran como los principales contendientes a suceder a Alberto Fernández en la presidencia. Las “Palomas” vienen de ostentar significativos triunfos en San Juan (triunfo más bien simbólico) y Santa Fe (gran trofeo para Rodríguez Larreta y su proyección nacional), mientras que los “Halcones” apenas han tenido que contentarse con los triunfos mediante redes sociales, y de casi hacer un bochorno cuando Bullrich fue a apoyar personalmente a Luis Juez en Córdoba, y el resultado no venía siendo el esperado. Ante todo esto, como bien indica su nombre, los “Halcones” han optado por una campaña más virulenta que sus adversarios, tanto internos como externos, sin importar los heridos que vayan quedando en el camino. Por el otro lado, las “Palomas” se refugian en victorias a aparatos en las llamadas “provincias feudales” y en mostrar gestiones exitosas donde se encuentran gobernando (como la de Ciudad de Buenos Aires). El tiempo dirá si las agresiones o la “tibieza” terminan dando frutos al espacio nacional, o si esos votos terminan siendo devorados por los de afuera.
Para hablar sobre el Frente de Todos y su reconversión a Unión por la Patria, primero debemos hacer algunas pequeñas salvedades. El Frente de Todos llegó al poder gracias a la jugada maestra de la Ex-Presidente Cristina Fernández de Kirchner, quien dio cuenta de que el kirchnerismo puro no alcanzaba para “derrotar a la derecha”. Por ende, decidió optar por un político porteño con quien había tenido marcadas diferencias en los últimos años: Alberto Fernández.
La realidad es que a este llamado para derrotar a la derecha no se hicieron presentes grandes fuerzas políticas que jugaran por afuera del kirchnerismo o de la oposición. Apenas recalcar la del partido político Proyecto Sur, del ya fallecido cineasta Pino Solanas, quien fuera Senador Nacional por la oposición al kirchnerismo, pero no muchos políticos relevantes más. La gran jugada electoral con Alberto Fernández, quien ni siquiera tiene un espacio político relevante, fue más bien del tipo simbólica, ya que al reconciliar posiciones entre el “kirchnerismo de Cristina” y el viejo “kirchnerismo de Néstor”, del cual se creía que varios votantes moderados se habían alejado con la creación de la “Unidad Ciudadana” en 2017, daría sus frutos para la victoria. Y así fue.
Adelantándonos en el tiempo, y con una crisis política evidente, que da como resultado una inflación inédita a nivel mundial, depreciación de la moneda nacional, movimientos sociales manifestándose a la orden del día, cambio en el tablero electoral, con varias derrotas encima, entre otras cuestiones, es que el Frente de Todos decide reconvertirse y ungir como candidato a un nuevo viejo rostro: Sergio Massa.
Massa, actualmente Ministro de Economía y líder del partido político Frente Renovador, en la “antigüedad política” (apenas 3 o 4 elecciones atrás en la quimérica Argentina), no era más que un “traidor” para el kirchnerismo puro, y uno de los máximos representantes de la derecha nacional (todavía lo sigue siendo para varios dirigentes más “progresistas” dentro del armado oficialista), que conseguía victorias decisivas para su espacio en provincia de Buenos Aires, y resultados interesantes en demás provincias. Ya en este 2023, tiene una tarea que considero, en lo personal, aún más difícil que la de Alberto Fernández en 2019, cuasi-titánica. Esta es: ganarle a la “derecha” (Juntos por el Cambio), ganarle a la “ultra-derecha” (Javier Milei, de quien hablaré en breve), ganarle a la “izquierda” dentro de su frente (Juan Grabois), no se ser tan de derecha como la derecha que “combate” para que los votos de la izquierda dentro de su propio espacio se queden con él, seguir siendo Ministro de Economía y arreglar nuevos acuerdos con el FMI mientras es candidato presidencial. Y esto no es todo, pero es lo principal a destacar de su año.
Para finalizar, hablar sobre Javier Milei significa hablar de un “outsider”, alguien que viene fuera de la política a hacer política, pero que en el caso de Milei lo hace desde la anti-política, referenciando a los políticos que no le gustan como “la casta”, término interesante pero con muy poco sustento teórico, más bien simbólico y personalista, como lo viene siendo hasta el momento su campaña. Las crisis son oportunidades y Milei las supo aprovechar mejor que nadie en la política, o por lo menos eso indican las encuestas, que lo dejan con una muy buena intención de voto, aunque curiosamente todos los espacios provinciales que se referenciaban en él tuvieron muy magros resultados, lo que nos da dos posibles hipótesis. Por un lado, que las encuestas están “infladas” porcentualmente, y por el otro, que el “boom” de Milei es más bien referenciado al Área Metropolitana de Buenos Aires (donde se hacen la mayoría de las encuestas). Sea cual fuere la respuesta, la “libertad” a ser de derecha y de decir de manera ofensiva “opiniones” sobre temas de agenda (aborto, feminismo, diversidades, reforma laboral, alquileres, etc.) ya no está mal visto como hace algunos años atrás.
Por: Matías Russo
¿Con libertad ni ofendemos ni tememos?