Decreto de Necesidad y Urgencia. Suena fuerte, ¿no? No es algo nuevo. De hecho, es una herramienta que ha sido utilizada muchas veces en la política a lo largo del tiempo. Sin embargo, este es diferente. ¿Por qué? ¿ que no tienen tiempo para leer, como la diputada Natalia Zaracho? ¿ O será que después de tanto tiempo, tienen que trabajar y eso desvela a los propios y ajenos?
Ahora bien, ¿por qué desde el momento en el que entró en vigencia el DNU generó tanta controversia y tal impacto? Según algunos, es inconstitucional. Según otros, no infringe ninguna ley. Incluso hay personas que, en lugar de blanco o negro, se mantienen en el gris, apoyando ciertas medidas y otras no.
La derogación de la ley de alquileres, la implementación de la política de cielos abiertos, la modificación en el código civil y comercial, son algunos ejemplos de los tópicos que deberían estar tratándose y debatiéndose en profundidad, pero la otra cara de la moneda muestra un tole-tole constante en diputados. Se dan el lujo de ponerse apodos y ofenderse por los mismos, organizar paros, insultar, chicanear y avasallar los tiempos y los órdenes pactados.
Por otra parte, y finalizando la idea, el ciudadano común, promedio, ¿sabe lo que abarca el DNU? ¿Está interiorizado? ¿Tiene idea de cómo le va a afectar, sobre todo económicamente? ¿O solo actúa como si tuviera idea de lo desconocido? Y también me pregunto, en los gobiernos anteriores, cuando sacaban un DNU, ¿la gente tenía idea de lo que esto conllevaba? Los gremios, los medios de comunicación, las asociaciones, los sindicatos, ¿por qué se oponen tanto? ¿Verán intereses afectados?
Nada más explícito en la política que un DNU. ¿Qué por qué dicen que sí o que no? La respuesta es simple: siempre es por conveniencia.
Escrito por: Ugartemendia Maite