Mucho tiempo pasó desde el último artículo, pero el tiempo siguió corriendo y numerosos eventos ocurrieron en el Medio Oriente.
Como sabemos, desde el siete de octubre hay un conflicto entre Israel y Hamas, enfocado en la Franja de Gaza, la zona gobernada por estos últimos. Esta cuestión involucra, voluntariamente o no, a todos los países del mundo: ya sea condenando el ataque de Hamas o el de Israel, cada nación ha tomado una posición respecto a esta -ya declarada- guerra.
Posición de Argentina:
Es una postura que no termina de ser muy clara. En las primeras horas del conflicto, la Cancillería, liderada por Santiago Cafiero, emite un comunicado mediante el cual “deplora los ataques provenientes de la Franja de Gaza contra el sur de Israel”. Días después, sin embargo, el mismo organismo condenó una ofensiva militar israelí sobre un campo de refugiados al norte de Gaza, lo que le valió una crítica por parte de la DAIA. No fue el único que denunció esta maniobra, sino que se sumó a los reclamos de Chile, Colombia, las Naciones Unidas, entre otros.
Lo que generó un gran desconcierto fue lo dicho por Sergio Massa, actual Ministro de Economía del país y ex-candidato presidencial. En el marco de su campaña electoral, se distanció del comunicado de Cancillería, afirmando que él “reitera el derecho absoluto a la defensa del Estado de Israel, (…) y que Hamas se escuda en civiles inocentes, siendo ellos también sus víctimas”.
Con la victoria del candidato Javier Milei en la segunda vuelta, un hombre pro-israelí y pro-estadounidense, se espera que el nuevo gobierno condene de manera más activa al grupo de Hamas, rumoreando incluso de que añadiría a esta organización en el listado de organizaciones terroristas.
Acciones llevadas a cabo por ambos Estados:
Hasta ahora, la guerra nos ha dejado un saldo de 12.000 muertos, miles de personas heridas y millones de desplazados. Estos últimos son aproximadamente 1.5 millones de personas, principalmente palestinos que vivían dentro de la Franja de Gaza o israelíes que residían en las zonas lindantes al conflicto, y la mayor parte de la población extranjera, radicada en ambas regiones.
Por parte de Hamas, no han lanzado un ataque coordinado de gran escala como el de principios de octubre (el cual dio inicio al conflicto), sino que se han limitado a ataques aislados en la zona de conflicto y en la frontera de Israel con el Líbano, una región que se está empezando a ver cada vez más involucrada en el conflicto. Lo que más preocupa a la comunidad internacional son los dichos de Ghazi Hamad, un miembro reconocido de esta organización, el cual afirmó que “Israel no tiene lugar en su tierra, y que habrá un segundo, tercer y cuarto ataque de la magnitud del ocurrido el 7 del mes pasado”
Israel, por otro lado, es la parte más activa en este conflicto. Comenzó efectuando un bloqueo total a la Franja, cortando el suministro de agua, comida y electricidad, entre otras cosas. Otro evento clave fue la explosión del Hospital Al-Ahli, el cual dejó un saldo de 471 personas fallecidas. Israel negó su participación en el ataque, argumentando que fue un ataque de la Jihad Islámica-Palestina (JIP), una organización que está llevando actualmente la Guerra Santa contra ellos y que quiere desprestigiarlos internacionalmente. La JIP ha negado esta acusación, afirmando que Israel está “buscando evitar la toma de responsabilidades a través de mentiras”. Los expertos coinciden en que no se podrá saber quién realizó el ataque hasta que una comisión independiente pueda investigar sobre lo sucedido una vez que se logre la paz, algo que parece casi imposible en un futuro cercano.
Los ataques a diversas infraestructuras y el bloqueo económico han llevado a una profunda crisis humanitaria en la región. Un número de alrededor de 1.7 millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares, y la mayoría se encuentra actualmente en las facilidades de la UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Oriente Próximo, por sus siglas en inglés, en el sur de la Franja cerca de Egipto. El objetivo era que pudieran salir por medio del paso de Rafah hacia este último, pero el presidente egipcio cerró la frontera indefinidamente, abriéndola solamente el día 21/10 para que, tras días de negociaciones, un convoy de 200 camiones con ayuda humanitaria pueda acceder a las facilidades.
A modo de conclusión, yo pienso que este conflicto no tiene una resolución a corto plazo y que es muy importante que Hamas e Israel actúen en concordancia con los diversos llamados que está haciendo la ONU en cuestiones como los derechos humanos, ya que los que terminan perdiendo son los ciudadanos de ambos bandos.
Por: Matías Cáceres, 22 de noviembre de 2023.