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¿Existen las maldiciones en política? ¿O la maldición es la demagogia?

“Ser radical es producto de una convicción profunda en un conjunto de ideas basadas en la libertad del hombre, con oportunidades abiertas a todos por igual, en un Estado de derecho de una República democrática. Las maldiciones no existen.”, expresó Martín Tetaz en su cuenta de Twitter, luego de que Javier Milei, en una entrevista con Luis Majul, asegure que el Diputado Nacional por Evolución Radical (ER) tiene la maldición de pertenecer a este espacio.

Esta opinión del diputado por La Libertad Avanza (LLA) se dio en un contexto en el cual el entrevistador le consulta acerca de quién prefiere, entre Espert y Tetaz, y reconoce que Espert es mucho mejor economista, puesto que es un liberal clásico y Milei un minarquista, por lo tanto, las ideas del diputado por la provincia de Buenos Aires se asemejan más a las suyas. Con Tetaz, recalcó su maldición o karma de ser radical, lo que lo convierte, según Milei, en alguien que busca cargos, usa el Banco Central para estafar a la gente y alguien culpable del fracaso argentino. En esa misma entrevista, calificó a Axel Kicillof como un “inútil” y un “incompetente mayúsculo”.

¿Qué quiere decir esto? Que, para Milei, todas las personas que no piensan como él, son incompetentes, están maldecidos o no son buenos en su profesión. ¿Con qué tendencia se relaciona esto? Con la demagogia, por supuesto. Es claro que Javier Milei no acepta otro punto de vista que no sea el suyo, y también quiere que todos sus seguidores piensen de la misma manera. Martín Tetaz insistió más de una vez con que Milei no podría ser presidente a partir del 2023 ya que, además de no aceptar la diversidad de opiniones, no tendría mayoría en ninguna de las cámaras y eso haría que, de no consensuar con otras fuerzas políticas, le sea imposible sancionar leyes para llevar su gobierno adelante.

Para cerrar, es clave remarcar, como lo hemos hecho en reiteradas ocasiones, que es vital el consenso y no solo para gobernar, sino en todos los aspectos de la vida. Es necesario que la sociedad garantice que todas las personas que tengan la posibilidad de gobernar nuestro país puedan dialogar y buscar puntos en común. Ya se nos ha demostrado que con la grieta y el disenso constante este país no tiene posibilidades de prosperar; por eso, los dirigentes que quieren representar algo nuevo en la política y no quieren ser parte de la casta, deben dejar de lado las actitudes que solo generan más y más grietas para que, de verdad, podamos transformar la decadente política de este país.

Por: Tomas Ingoglia