En el día de ayer, mientras Megáforo celebraba su primer aniversario, ocurría un hecho histórico que marcará un antes y un después en Argentina: Cristina fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, luego de ser encontrada culpable del delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado, por favorecer a Lázaro Báez en las concesiones de la obra pública en Santa Cruz. Este fallo la convirtió en la primera vicepresidenta en funciones en ser condenada.
Además, por “los efectos de los delitos”, el tribunal estableció la confiscación de 84.835 millones de pesos actualizados en el momento en el que se dicte la sentencia firme.
Lo cierto es que este gobierno fue creado, sin lugar a dudas, para acometer dos hitos prácticamente imposibles: limpiar a la familia Kirchner de los delitos de corrupción y demostrar que su modelo económico funciona. Fracasó en ambos, puesto que nos encontramos en una crisis económica impresionante, y por primera vez una persona de la familia Kirchner fue condenada por corrupción.
Desde que en 2008 Elisa Carrió presentara la primera denuncia por asociación ilícita contra Néstor Kirchner (en la que posteriormente incluiría a Cristina), pasaron 14 años en los que tanto la política como la sociedad hablaron de la corrupción del matrimonio que gobernó este país por más de una década, y ahora, tras la condena, podemos responder las dudas de quiénes aún no saben cómo continuará la causa de la vicepresidenta.
¿Cristina irá presa de inmediato?
La respuesta es no, primero, porque hasta que no cumpla su mandato (10/12/2023), continuará teniendo fueros de vicepresidenta, por lo que para ir presa se debería presentar un juicio político, que sea aprobado por dos tercios de ambas cámaras. Además, tiene la posibilidad de apelar a la Cámara de Casación Penal, en la que intervendría la Sala IV del tribunal, integrada por Mariano Borinsky, Carlos Carbajo y Gustavo Hornos, para que se confirme o revoque la condena.
De no estar conformes con dicha resolución, se puede apelar a la Corte Suprema de Justicia, vía recurso extraordinario o recurso de queja.
¿Puede ser candidata el próximo año?
Por más que en su discurso posterior a la condena afirmó que su nombre no estará en ninguna boleta, CFK podría ser candidata este año a menos que haya una condena firme. Para que no pueda ser candidata, debería cumplirse este patrón: 1) que haya una condena, 2) que esa condena esté firme, 3) que sea por un delito con pena privativa de la libertad (superior a 3 años), como ocurre en este caso, y 4) que esté en ejecución.
De todas formas, funcionarios del gobierno afirman que dados los plazos tan largos que existen en la tratativa de causas judiciales, Cristina podría ser candidata en las elecciones del año próximo.
¿Alberto Fernández puede indultar a su vicepresidenta?
Dado el inciso 5 del artículo 99 de la Constitución Nacional, el presidente “puede indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la Cámara de Diputados”.
Igualmente, parece muy poco probable que esto suceda, ya que tiempo antes de que se confirmara la fórmula presidencial que, junto a CFK, encabezaría Alberto Fernández, afirmó: “Si algún estúpido está pensando que estoy pensando en llegar ahí [la Presidencia] para indultar a alguien, es solo un estúpido. Además, descreo de los indultos, porque los indultos son una rémora de las monarquías. Los presidentes no están para indultar a nadie”.
Reflexión
Todos los argentinos soñamos con un país en el que exista la justicia y sea eficiente e independiente, porque si hablamos de meritocracia debemos hablar de igualdad de oportunidades y si hablamos de igualdad en las oportunidades debemos hablar de igualdad ante la Ley. Es por eso que hoy se dio un paso muy importante, que nos demostró que por más que CFK haya tenido decenas de privilegios durante el proceso judicial, la justicia se expresó y nos hace soñar, al menos por un rato, que todos somos iguales ante los ojos de la Ley.
Por: Tomas Ingoglia