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ECONOMIA

Milei pide el RIGI; Musk sonríe

Una noticia que fue muy viral esta semana fue el encuentro de nuestro presidente Milei con el famoso magnate Elon Musk (dueño de Tesla y Space X, entre otras compañías). Esto tuvo lugar en Texas (USA), en las instalaciones de Tesla.

Según los medios, un tema de conversación fue acerca de un plan de inversiones en litio que el presidente espera que el magnate le presente. De allí el título de este artículo, porque hay que acordarnos que el presidente quiere acelerar el tratamiento de la Ley Ómnibus para que comiencen a regir las desregulaciones y se habilite el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

¿Qué es el RIGI y por qué es tan importante?

Podríamos explicarlo a groso modo como un programa de incentivos de distinta índole para que las grandes empresas que inviertan en el país en sectores clave tengan su rentabilidad asegurada a perpetuidad. Sin embargo,  esto genera muchas dudas acerca de quiénes son los verdaderos beneficiados. El RIGI es un régimen de inversión pensado para atraer grandes proyectos de inversión en los sectores económicos más importantes de nuestro país: agroindustria, infraestructura, forestal, minería, hidrocarburos y energía y tecnología. Una primera mirada  nos dice de que son sectores donde el país ya cuenta con ventajas competitivas para atraer inversiones, sin necesidad de semejante loteo del negocio ni de tantas concesiones. Aun así, existen varios puntos los cuales nos dejan pensar de manera contraria al verdadero fin de esto.

Entre los incentivos que introduce el régimen, se destacan la reducción del impuesto a las ganancias, del 35 al 25 por ciento, no resultando de aplicación  sobre sus utilidades la escala prevista en el inciso a) del artículo 73 de la Ley N° 20.628 de Impuesto a las Ganancias; la suspensión del impuesto a los dividendos distribuidos si se retienen utilidades en los primeros tres años, la  cancelación del IVA con certificados de crédito fiscal, el descuento de bienes personales a cuenta de ganancias, la exención de cualquier otro impuesto provincial o municipal, arancel cero para importaciones, retenciones cero desde el tercer año, libre disponibilidad de divisas y estabilidad tributaria, aduanera y cambiaria por 30 años.

Las empresas tendrán la posibilidad de comprar acciones o instalaciones de empresas existentes privadas y públicas (como ARSAT, YPF o ENARSA) y la libre exportación de lo producido en nuestro territorio y eliminación de cupos de abastecimiento del mercado interno. Tendrán libre disponibilidad de

divisas generadas y no podrán recibir restricciones del mercado de cambios. Las controversias que surjan entre el Estado argentino y estas empresas serán solucionadas en tribunales extranjeros, como el CIADI.

Otras cuestiones que ya fueron criticadas respecto al RIGI es que este no apunta a cuartones claves como: “la investigación y desarrollo, la búsqueda de construcción de encadenamientos productivos y proveedores locales; ni se contiene ningún tipo de mención a la creación de empleo calificado y bien remunerado y que también se puede destacar que la industrialización no es un objetivo”, señala el informe de Ocipex.

Esta sería una manera breve de opinar acerca de este punto de la Ley Ómnibus, pero es importante que cada uno de nosotros indague más profundo en estas cuestiones ya que nos atraviesan a todos. Quizás nos parezca graciosa/divertida la foto de ellos, pero detrás hay negociados y diálogos que, si no investigamos, sería como ignorarlos.

“Sin el RIGI, no vamos a poder recibir el shock de las grandes inversiones”, palabras del presidente.

Escrito por: Chervo Genaro