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EDUCACIÓN

El falso estigma de la comunicación en las escuelas técnicas

Quienes asisten a una escuela técnica, más allá de la especialidad que cursen y del modelo de educación que sigan, a menudo son etiquetados con una percepción errónea: «Carecen de habilidades de oratoria y se desempeñan deficientemente al comunicarse y expresarse, ya sea en una simple presentación oral o en su vida cotidiana». En resumen, se concluye que «los estudiantes técnicos no saben hablar».

Esta afirmación es contundente, ¿verdad? ¿Significa que estudiar una disciplina técnica los convierte en menos elocuentes? ¿O tal vez los estudiantes técnicos tienen un mayor enfoque en otras áreas, dejando la comunicación en un segundo plano? ¿Acaso no reciben formación en habilidades de comunicación? ¿Está mal diseñado su modelo educativo? ¿Pasará demasiado tiempo en el establecimiento, sin oportunidades de expresarse?

Son muchas las preguntas que surgen al inicio de este artículo, pero, en realidad, carecen de validez y, en muchos casos, de sentido. No es que esté bromeando, pues siempre respondemos a estas preguntas, sino que nos enfrentamos a un estigma sobre los estudiantes técnicos que debe ser desterrado de nuestras mentes. La realidad es que los estudiantes de escuelas técnicas saben expresarse, tienen habilidades de oratoria y son buenos comunicadores.

Resulta incluso tedioso escuchar constantemente la misma afirmación. ¿Quizás son aquellos que la repiten los que tienen dificultades para comunicarse? ¿Qué sucede para que repitan una y otra vez la misma frase? Aquí vemos la ironía en su máxima expresión una vez más.

Es hora de entender que, más allá del tipo de educación, técnica o no, el rol de la comunicación es fundamental y está presente en ambos casos. Estudiar una disciplina técnica no me convierte en una persona dura. Al contrario, es una adquisición de conocimiento. Quizás el énfasis en la oratoria no sea tan crucial en ciertos aspectos, pero existen muchos otros donde sí lo es y que siguen estando dentro del ámbito técnico. Ya sea para una simple exposición oral o para conducir un podcast sobre el papel de la educación en la industria, dentro del ámbito técnico se presentan oportunidades, y una de las claves para aprovecharlas es saber comunicarse efectivamente.

Si no me creen, basta con observar los casos de éxito para comprenderlo. En empresas reconocidas como Ternium, Tenaris o Techint, quienes lideran los equipos de trabajo suelen ser ingenieros o técnicos. ¿No es sorprendente? ¿Cómo es posible que alguien que estudió una ciencia dura esté dando órdenes, estableciendo normativas y políticas mediante la comunicación, algo que supuestamente no tenemos?

Pueden preguntarse por qué uso «tenemos» en lugar de «tienen» en la última oración de arriba. Es porque yo, el autor de este artículo, también soy parte de una escuela técnica y quizás esto sea una especie de desahogo después de escuchar tantas veces esa frase. Pero nuevamente nos encontramos con la ironía mencionada anteriormente. Yo, que estoy en el último año de una escuela técnica en mi ciudad, me desempeño como comunicador dentro de una organización como Megáforo y no tengo ningún problema para escribir un artículo, realizar un video o simplemente hablar sobre las problemáticas del día a día. Ser estudiante de una escuela técnica nunca me impidió ser un buen comunicador. De hecho, logré vincular con éxito ambas áreas: lo técnico y lo académico, junto con las habilidades de comunicación. Incluso este mismo artículo es un ejemplo de ello.

En primera persona, expreso mi cansancio al escuchar la frase «los estudiantes técnicos no saben hablar», cuando la realidad es diferente. Es hora de romper este paradigma, traspasar esa barrera y comprender que todas las habilidades se complementan y combinan entre sí. Ninguna excluye a las demás; todo es parte de un aprendizaje para la formación como estudiante, como adulto, como trabajador y, sobre todo, como persona.

Escrito por: Torrens Màximo