Ya se volvió costumbre

En una durísima final; un partido muy reñido, el conjunto albiceleste se vuelve a consagrar campeón de América por segunda vez consecutiva, esta vez ante una difícil Colombia que logró hacer frente hasta el tiempo extra, donde Lautaro Martínez nos volvió a dar esa alegría que tanto nos gusta: la de poder decir “dale campeón”.

También para nosotros esta final tuvo un lado triste: Ángel Di María termina su ciclo en la Selección Argentina, pero de una forma feliz, sabiendo que se retira de habiendo ganado todos los torneos que algún jugador hubiese deseado ganar en su carrera futbolística.

Me vuelven los recuerdos siendo un niño, preguntándome frente a la televisión: ¿Por qué los periodistas critican al Fideo? Si Di María es un buen jugador, ¿por qué dicen que no sirve en la Selección? La respuesta que tengo ahora, sin ninguna duda, es que todos los periodistas que criticaron; los entiendo, porque ellos viven de simplemente hablar y decir sus ideas de cómo juegan los cracks, porque ellos jamás podrán igualar lo que el Fideo fue para todos los argentinos.

El Fideo para mí fue un jugador criticado injustamente toda su carrera. Porque se lesionaba en los partidos importantes, porque no marcaba una gran diferencia, pero créanme que todos esos medios y periodistas dicen ese tipo de cosas porque su sueño frustrado es ser un gran jugador de fútbol, llegar a jugar con las estrellas del deporte pero que, al no lograrlo, lo único que hacen es dar opiniones inentendibles de jugadores que ellos darían la vida por jugar a ese nivel. Y ninguno llegó, ni va a llegar, a siquiera una décima parte de lo que fue la carrera de Ángel Di María.

Te criticaron toda tu carrera y, ahora que lograste lo que todos soñamos, se ponen de tu lado a darte elogios. Hoy en día, el Fideo demostró estar a la altura de cualquier cosa. Campeón del mundo y bicampeón de América, dudo mucho que a alguno le queden dudas si este jugador merece vestir la Celeste y Blanca. Te voy a extrañar, Ángel. Me voy a quedar con todos los recuerdos de ser un nene chiquito, sentándome a verte jugar en el Real Madrid, contando los días para volver a verte en las eliminatorias con la Selección junto con Messi. Hoy en día, puedo decir que fui un privilegiado al poder verte jugar. Ahora voy a disfrutar tu último tiempo en el fútbol, donde sea que juegues. Te amamos, Fideo. Gracias por vestir y representar a la Albiceleste.

Escrito por:  Escobar Mateo