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EDUCACIÓN

Toda respuesta de examen que esté en Google, merece ser contestada buscando en Google

En reiteradas ocasiones, he escrito artículos dejando en evidencia el estancamiento del sistema educativo, puesto que las escuelas de hoy en día son iguales a las escuelas de finales del siglo XIX. Por lo tanto, la escuela como edificación atrasa más de cien años. No solo eso, sino que el contenido que se brinda en esta institución atrasa otros cincuenta años y, la forma en la que es enseñado, otros cien.

De cara al futuro de la humanidad, este es un gran problema, y toma aún mayor dimensión cuando observamos que todo alrededor de la escuela cambió. Ejemplos sobran: podemos hablar desde un hospital hasta un auto, y de un auto hasta la manera en la que nos vestimos. Es este problema también muy relevante, siendo que la educación es una herramienta, sino la mayor, de transformar las sociedades. Nuestro futuro será mejor o peor según cómo eduquemos hoy a los niños y adolescentes.

Hay ejemplos concretos de temas en los que la escuela comenzó a focalizarse cada vez más y generó resultados. Esto puede ser la ecología, ya que hoy, tras haber puesto énfasis en brindar información acerca de esta problemática, es mucho más normal que antes ver niños de escuela primaria prestando atención al comportamiento de las personas en materia ambiental. Si tenemos ejemplos de que, si hacemos hincapié en ciertos temas en la escuela, estos tienen un impacto, ¿por qué no comenzamos a acentuar en la tecnología o en las habilidades blandas y dejamos de enfatizar en los exámenes que solo requieren habilidades memorísticas?

Ahora bien, en el colegio existe una modalidad que tiene en cuenta únicamente los exámenes a libro cerrado con preguntas fácticas que –todos lo vivimos- nos aprendemos de memoria en el recreo anterior y nos olvidamos apenas terminamos la evaluación. Esta modalidad se vio imposibilitada de llevar a cabo durante la pandemia, debido a que, en la computadora, celular o cualquier aparato electrónico que los alumnos utilicen para realizar el examen, tienen Google, y en Google, todas las respuestas que necesitan. Por esa razón, todos los alumnos comenzaron a copiarse y eso no es necesariamente malo. Incluso, lo contrario. ¿Por qué? Porque, como anticipa el título de este artículo, una de las máximas prioridades de la educación debería ser que todas las respuestas de examen que se puedan encontrar en Google, merecen ser contestadas buscándolas en Google. El problema de que una pregunta se pueda encontrar en Google es que ésta está mal formulada, no que el alumno la copie. En la escuela, se debería hacer pensar a los alumnos, con preguntas que no estén en Google ni sean datos fácticos a memorizar.

Lo positivo de la pandemia fue que se realizaron más evaluaciones a libro abierto y monografías que exámenes a libro cerrado. Y es positivo, porque una persona que sabe buscar información, validarla y construir un discurso propio que responda a lo que se pidió está mucho más preparada para el futuro que una persona que sabe memorizar contenidos para una evaluación y luego lo olvida.

Y lo negativo es que apenas volvieron las clases presenciales, dejamos de lado todo lo que se había avanzado y volvimos a los exámenes de memoria. No aprendimos nada. Por más que tanto padres, profesores, directivos y alumnos sabemos que los exámenes de memoria son ineficientes, los seguimos realizando porque es lo más fácil para todos los eslabones del sistema educativo.

Debemos salir del conformismo, reflexionar sobre lo positivo de la pandemia y volver a aplicar prácticas educativas que sí serán eficientes para construir una sociedad que pueda adaptarse a los avances del siglo XXI.

Por: Tomas Ingoglia