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Suspensión de nuevos ingresantes al ISEN: ¿El inicio de una reforma o el fin de una tradición diplomática?

Suspensión de nuevos ingresantes al ISEN: ¿El inicio de una reforma o el fin de una tradición diplomática?

El Gobierno de Javier Milei pone en la mira a cancillería y dieron a conocer el proyecto de resolución, que lleva la firma de María Cristina Dellepiane, secretaria de Coordinación y Planificación de la Cancillería, en el que suspenden el ingreso de nuevos alumnos al Instituto de Servicio Exterior (ISEN) para el 2025, con el argumento de que “no resulta necesario convocar un nuevo proceso de ingreso”. Se teme que esta drástica decisión sea el inicio de una reestructuración profunda, o incluso el comienzo del cierre de la carrera diplomática, a la cual el presidente, tiempo atrás, había calificado como la “casta”. Esta medida es justificada bajo el fundamento de que “la estructura actual permite atender de manera eficiente los requerimientos del Servicio Exterior sin que la incorporación de nuevos funcionarios represente una necesidad impostergable”.

También se menciona que, para 2027, se prevé una serie de retiros de funcionarios que llegarán a la edad límite, pero aclara que esta situación “no implica automáticamente la necesidad de nuevas incorporaciones, sino que debe analizarse en función de las necesidades operativas reales”.

Esta suspensión no solo genera dudas, sino atraso, provocando incertidumbre en miles de profesionales que han aspirado a formarse como diplomáticos argentinos, e incluso detiene el futuro de aquellos que hace tiempo preparan sus estudios para los exámenes de este instituto. Esta medida podría marcar un antes y un después.

La tensa relación entre el presidente Javier Milei y los diplomáticos estalló cuando despidió a la ex canciller, Diana Mondino, tras el voto ante la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor del levantamiento del embargo a Cuba que mantiene Estados Unidos hace décadas.

Crisis en la diplomacia argentina

El futuro del ISEN y de la diplomacia argentina está, por ahora, en la cuerda floja. La decisión de suspender el ingreso al Instituto Diplomático ha generado un gran impacto tanto dentro como fuera de nuestro país. La política exterior de Argentina podría verse debilitada sin una renovación constante de su personal. En este sentido, algunos expertos temen que Argentina pierda terreno frente a otras naciones que continúan apostando por la formación de diplomáticos de alto nivel, ya que, durante décadas, el ISEN ha sido clave en la formación de futuros diplomáticos de Argentina y ha sido el pilar del servicio Exterior de nuestro país.

¿Es el fin de una era o un ajuste necesario?

El argumento de «ajuste» o «revisión de necesidades operativas» es una respuesta que no convence a muchos. En un contexto global donde la diplomacia es más crucial que nunca, ¿realmente puede Argentina darse el lujo de frenar el ingreso de nuevos profesionales? La idea de que no es necesario un proceso de ingreso nuevo es, cuanto menos, arriesgada. La diplomacia no es solo cuestión de saber manejar las relaciones exteriores; es una herramienta vital para preservar la estabilidad y la posición del país en un mundo globalizado y lleno de desafíos.

El presidente Milei ha expresado en varias ocasiones que la «casta» diplomática representa un sistema que necesita ser renovado. No obstante, cabe preguntarse si esta decisión es el primer paso hacia una modernización de la diplomacia argentina o si, en cambio, estamos siendo testigos de la desaparición de una de las piezas fundamentales de la política exterior del país.

El cierre del ISEN no es solo un ajuste administrativo, sino que podría verse como un cuestionamiento a una estructura que ha sido clave para la diplomacia de Argentina durante generaciones. Si se implementa una reestructuración profunda, podríamos estar perdiendo una herramienta fundamental para proyectarnos de manera efectiva en el mundo. Aunque algunos celebran las reformas y la reducción de costos, la falta de una nueva generación de diplomáticos podría tener consecuencias negativas a largo plazo que no podemos pasar por alto.

El reto será encontrar una manera de modernizarla sin perder su esencia ni su prestigio. En un mundo de constantes cambios y desafíos geopolíticos, el país no puede permitirse perder terreno en su capacidad de negociación e influencia.

El futuro de la diplomacia argentina dependerá de las próximas decisiones del Gobierno. ¿Será esta medida el comienzo de un cambio hacia una diplomacia más moderna y eficiente? ¿O estamos ante un punto de quiebre, que pondrá en riesgo una tradición que ha sido fundamental para la proyección internacional del país?

El camino que elija el Gobierno en los próximos meses determinará si la diplomacia argentina se fortalecerá o se verá reducida a una sombra de su antiguo rol, algo que podría tener consecuencias significativas para la posición de Argentina en el mundo.

Escrito por: Díaz, Agustina