Aunque en el mundo actual esto sea difícil de imaginar, 40 y tantos años atrás fue totalmente normal. Este partido será recordado por ser uno de los más históricos de esta competición, ya que en territorio germano se enfrentaron la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana. Pero, ¿por qué hubo un tiempo en el que este país estuvo dividido y cuáles eran las diferencias entre ambas Alemanias?
Todo se remonta a la Segunda Guerra Mundial…
Todos sabemos el rol que jugó Alemania en este conflicto. Una vez que los aliados ya habían “encerrado” a las tropas de Hitler, sus máximos dirigentes acordaron, en una reunión llevada a cabo en Yalta, la división al país (y a Berlín, aunque había quedado del lado oriental) en cuatro zonas: una estadounidense, una británica, una francesa y una soviética. Se establecieron, además, consejos de controles inter-aliados para una política económica y administrativa común a las cuatro zonas y Berlín. Sin embargo, ninguno de estos órganos funcionó debido a la falta de consenso.
Pero, en 1946, el Kremlin produjo la “sovietización” de la zona alemana, incorporándola como satélite. Por otro lado, al año siguiente, los países occidentales deciden fusionar sus zonas, crear una zona de administración conjunta y hacer una reforma monetaria con el fin de revaluar la moneda. Es aquí donde ya podemos distinguir claramente dos Alemanias.
Ante esto, la Unión Soviética suspende todo acceso a la actual capital alemana, desatando la Primera Crisis de Berlín. Los aliados solucionaron este problema mediante puentes aéreos, los cuales volaban relativamente bajo y dejaban todo tipo de suministros para su población, que había quedado “encerrada” en Berlín Occidental.
Como resultado de las tensiones, la división alemana se formaliza en 1949, creándose así dos nuevos estados: la República Federal Alemana (occidental, con capital en Bonn) y la República Democrática Alemana (oriental, con capital en Berlín Este). Posteriormente, la primera se uniría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la última al Pacto de Varsovia, ayudando a conformar la famosa “Cortina de Hierro” que dividió a Europa durante la mitad del siglo XX.
Pero… ¿cómo fue el partido?
El mundial de 1974 se llevó a cabo en la parte occidental de Alemania, y este partido, justamente, en el antiguo estadio Volksparkstadion de Hamburgo. Así mismo, se escucharon dos himnos nacionales, ya que técnicamente eran dos Estados distintos.
Si bien el conjunto local, que tenía en sus filas a jugadores como Franz Beckenbauer y Gerd Muller, eran los favoritos, el partido resultó 1-0 para los “demócratas”. El gol lo hizo un ingeniero mecánico de 26 años llamado Jurgen Sparwasser, que para ese entonces también jugaba en el Magdeburgo.
Esto no pareció afectar al juego de la RFA, los cuales terminaron ganando la final contra la Naranja Mecánica (Holanda) de Johan Cruyff 2 a 1, en el Estadio Olímpico de Múnich. El otro equipo germano no superó la segunda fase de grupos, lo que vendría a ser una especie de octavos y cuartos de final actuales.
Reunificar a un país
Ahora bien, lo que pocos saben es que en ese momento ya se estaba gestando la reunificación alemana. Desde 1969, el canciller de la RFA venía preparando el camino para este proceso mediante su política de “reconciliación” con la RDA, conocida como la “Ostpolitik”. El primer resultado de esta política fue en 1972, siendo la firma del Tratado Fundamental entre la RFA y la RDA, en el cual ambos normalizaron sus relaciones. Un año después, ingresaron a la Organización de Naciones Unidas.
Como sabemos, la tan ansiada reunificación alemana se logró en 1990. A este momento en la historia lo conocemos como “El Otoño de las Naciones”, en el cual olas revolucionarias azotaron China y Europa Oriental. Una de las causas es, sin dudas, el contexto interno de la Unión Soviética, en donde también hubieron grandes manifestaciones durante este período.
En la superpotencia, desde 1985, Michail Gorbachov gobernaba un país cada vez más atrasado en comparación a los Estados Unidos. Además de sus políticas conocidas, como Perestroika y Glasnot, el líder soviético anunció que no ayudaría a los países satélites de la URSS en la lucha contra las manifestaciones.
Podemos decir que la máxima expresión de este movimiento es, sin lugar a dudas, la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989. Esto vino acompañado de una serie de reformas que dieron lugar, en 1991, a la firma del Tratado “2+4”. Las partes firmantes fueron las dos Alemanias y los cuatro países que habían ocupado ese territorio luego de la Segunda Guerra Mundial.
Escrito por: Caceres Matias