
El presidente ha anunciado en la apertura de sesiones ordinarias que la firma de un nuevo acuerdo con el FMI es inminente y que lo enviará al Congreso en poco tiempo. En esta nota, describiremos las implicancias que conlleva un nuevo programa con el organismo.
Primero y principal, según estimaciones de diversos bancos de inversión internacionales, como UBS o Bank Of América, el desembolso del FMI se dividiría en dos partes: una destinada a cancelar deuda con el propio organismo (serían 12.000 millones de dólares), y otra que sí serían los llamados “fondos frescos” que se utilizarían para recapitalizar el balance del Banco Central (serían 8.000 millones de dólares). Esta última es la relevante para el devenir de la economía argentina.
El Banco Central cuenta hoy con aproximadamente 7.000 millones de reservas netas negativas si le descontamos los depósitos del gobierno, lo cual sigue siendo una señal de alerta para el mercado en cuanto a estabilidad macro se refiere. Por ende, esta inyección de fondos por parte del FMI ayudaría a que el Banco Central otorgue aún más confianza sobre el rumbo económico del gobierno.

Reservas netas en distintos períodos. Fuente: OUTLIER en base a BCRA.
Está claro que estos fondos llegarían en un contexto de cercana eliminación de los controles de capitales hacia finales de este año. Estos buscan darle solidez a la autoridad monetaria para poder responder ante eventuales shocks externos a la hora de dejar que el tipo de cambio se acomode, estimamos parcialmente, por la oferta y la demanda, ya que se cree que el Gobierno podría optar por una flotación entre bandas cambiarias, en la que se fijaría un piso y un techo al precio del dólar y este se movería libremente dentro de ese margen, pero cuando por algún shock externo este intente salirse de esa zona, el Banco Central intervendría para estabilizar su precio y mantenerlo en el margen establecido.
Además, durante los próximos tres meses se desarrollará la denominada cosecha gruesa, en la que el BCRA debería cansarse de comprar dólares debido a que, según la Bolsa de Comercio de Rosario, esta cosecha sería récord y, según fuentes del sector agropecuario, la medida de baja temporal de retenciones haría que el agro liquide gran parte del stock de granos que se obtenga durante esta temporada.
Por otra parte, podemos asegurar que la inflación elevada es y será cosa del pasado debido a que el Gobierno sostiene el superávit fiscal y el tipo de cambio (intervenido) se mantiene estable. Si bien para este mes de marzo se espera un leve rebrote inflacionario debido a aumentos inesperados en el precio de bienes, con una alta ponderación en el IPC como la carne, consultores estiman que este año finalice, punta a punta, con una inflación de entre el 20 y 25%. El préstamo con el FMI juega un papel fundamental en esto ya que, como mencionamos, el tipo de cambio sigue siendo una variable de ajuste en el precio de algunos bienes, y si el mercado cree que el Banco Central no posee solidez financiera ante un shock externo a la hora de liberar el tipo de cambio, este no dudará en mostrarle su descontento en las cotizaciones.

Expectativas de inflación según el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) del BCRA.
Escrito por: Varela, Álvaro