Lo que hace unos años parecía “loco” o “gracioso” cuando apenas el presidente Alberto Fernández asumía su presidencia fue que, al día siguiente, se presentó a dictar clases como docente en la UBA. Ahora mismo, se está volviendo una guerra interna.
Un grupo de alumnos, ya graduados de la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires, se sumaron a la iniciativa que consiste en pedir que el actual presidente, Alberto Fernández, deje de ser profesor y no siga dando clases en la casa de estudios.
¿Cómo surge esta idea?
La idea surge luego de una decisión presidencial de ir contra la sentencia adversa de la Corte Suprema en el tema de coparticipación el pasado jueves 22. Según los alumnos, la idea es tratar la eventual suspensión del presidente como profesor de derecho, cuando se reúna con el consejo directivo de la facultad. Cabe destacar que aún nadie del consejo se pronunció sobre este tema (el cual está conformado por 4 alumnos regulares, 4 graduados y 9 profesores).
¿Por qué la suspensión?
Si nosotros tomamos como eje principal la Constitución Nacional (artículo 36) y la División de Poderes (artículo 226 y 230 del Código Penal), cuando un funcionario toma como opción no acatar a un fallo de la CSJN (Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina), incumple con ambas y no debemos olvidarnos que la Constitución es la Ley Fundamental que rige nuestro país, regulando los poderes del Estado.
Además, algunos de los alumnos afirman que estas acciones del Presidente de la Nación perjudican y le generan un prejuicio enorme tanto al país como a la institución.
Fernández en la UBA dicta clases de la materia “Teoría General del Delito y Sistema de la Pena”, en el curso profesional orientado. Desde que asumió como presidente, afirmó que seguiría dictando clases siempre y cuando la gestión se lo permita.
Pero ahora, y hasta incluso irónicamente por la materia en la cual es profesor, debido a su desobediencia de un fallo de la Corte Suprema, su rol como profesor está en lista negra, ya que piden que sea despedido de su cargo por no cumplir con la ley.
Verdaderamente esto se volvió una situación tanto incoherente como preocupante.
Es entendible que las opiniones públicas y los medios de comunicación tilden a Fernández como un profesor elegido a dedo o alguien que nunca fue docente, contradiciendo a lo que él siempre menciona de sí mismo, de que es alguien honrado, destacándose como un hombre de derechos y que viene de una familia de leyes.
Pero yo creo que, más allá de lo que digan de él o de cómo se considere el mismo, debemos alejarnos de estos dichos, tomarnos un minuto y que “nos caiga la ficha” de que la máxima autoridad después de la Constitución Nacional está incumpliendo leyes y derechos mientras dicta clases de las mismas.
Y si existe una palabra que puede definir toda esta situación, es muy simple elegirla: Argentina.
Por: Máximo Torrens