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¿Por qué el SInIDE todavía no funciona en la Argentina?

Es probable que ni sepan qué significan estas siglas o qué tienen que ver con la educación en nuestro país. SInIDE, son las siglas de Sistema Integral de Formación Digital Educativa, una herramienta que mejoraría notablemente la situación del sistema educativo argentino, pero que actualmente no funciona en el país. No obstante, sí lo hace en las regiones limítrofes y en países primermundistas, como es el caso de la mejor educación a nivel global, Estonia.

Como repetidas veces he dicho, la educación nacional avanza a una velocidad y la tecnología a otra, de eso no hay dudas. Sin embargo, en este caso, no es una cuestión de tiempos, ya que el sistema se sigue quedando atrás. Para ponerlos en contexto, esta herramienta, en nuestro país, está por resolución desde el 2014, siendo obligatoria su presencia por ley desde el 2018, y aún no lo está (Ley 27489, Capítulo I, Artículo 5°, inciso a, se lo menciona por primera vez; y Ley 27489, todo su capítulo II habla sobre su utilidad e implementación).

Antes de seguir con el análisis de este atraso de ya casi 10 años, dejemos en claro la importancia de contar con un sistema así en la educación argentina: el SInIDE es una plataforma relativamente simple -a esta altura de la revolución digital- que permite ir cargando, en tiempo real, los datos más relevantes de las escuelas, para así poder proyectar y tomar decisiones en forma más eficiente.

Disponer de estos datos resulta beneficioso en diversas instancias, siendo una de las más significativas la capacidad de generar alertas anticipadas para identificar cuándo un estudiante está ausentándose de la escuela, permitiendo así prever y disminuir la tasa de deserción escolar.

¿A qué se debe este retraso entonces, se preguntarán? La respuesta es clara con el contexto actual de la nación, pero una mejor respuesta es la que nos da la experta Bonelli Samanta, Investigadora asociada de Educación (CIPPEC), Licenciada en Sociología (UBA), Magíster en Administración y Políticas Públicas (UDESA) y Msc en Social Policy and Development (LSE). Samanta manifestó públicamente en una charla con el reconocido diario Clarín: “Hay múltiples razones técnicas, presupuestarias, pero fundamentalmente políticas”, dejándonos claros los motivos los cuales retrasan la inclusión de un sistema informático clave para planificar, visualizar y mejorar el sistema educativo argentino.

Bonelli, para poder decir estas palabras, que a quienes nos interesa la educación es frustrante, realizó un estudio en conjunto con el Observatorio Argentino por la Educación. Este mismo muestra lo lento que avanza la implementación del sistema y, que recién a día de hoy, se llegó a cubrir el 90% en algunas provincias, 17 para ser específicos. Con las otras 7 se desconoce qué es lo que sucede con la llegada del SInIDE, ya que no han brindado información para el estudio y desconocen del tema.

Con “fundamentalmente políticas”, Samanta explaya en su estudio diversos puntos, tales como:

  • Falta de poder del Ministerio de Educación nacional sobre las provincias/escuelas.
  • Sucesivos cambios de rumbos en la política de información educativa nacional.
  • Resistencias en las jurisdicciones e internas en el Ministerio de Educación.
  • Falta de voluntad política de los ministros nacionales.
  • Falta de claridad respecto al para qué del SInIDE.
  • La forma en que se construyen los acuerdos federales.

Actualmente, se dice que el gobierno de Javier Milei le dará mayor importancia, ya que se estima que funcionará para el modelo educativo que el liberal propone, acotando que será fundamental para llevar a cabo “un plan estratégico de alfabetización participativo y federal” en todo el país, y que la educación será un punto central de su política.

A modo de cierre, concluyo que un sistema así en su pleno funcionamiento sería más que beneficioso para la educación argentina, más aún después de una pandemia que dejó a muchos alumnos sin clases y alejados del sistema. No quiero remontarme ni referirme al gobierno pasado, pero es imposible no criticar los baches que dejaron en el camino, y aún más aquellos baches que nos retrasan en algo que ya de por sí estamos atrasados años en comparación con las potencias educativas europeas.

En esta ocasión, en vez de recalcar las falsas promesas de la gestión política pasada, como el presidente electo en otros aspectos viene cumpliendo sus dichos, vamos a darle a una oportunidad y confiarle al “León” un bien tan preciado como la educación, ya sea pública o privada, pero educación en sí, esperando que el presidente sepa con la delicadeza que hay que tocar este área y sus cambios puedan ser para mejorar el sistema educativo del país y no se quede solo en palabras, como lo hizo el gobierno anterior.

Escrito por: Torrens Máximo