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Para que lleven mi nombre: ¿Por qué vetar el futuro?

Para que lleven mi nombre: ¿Por qué vetar el futuro?

¿Qué significa para vos la Universidad Pública?, ¿Libertad? ¿Derecho? ¿Hogar? ¿Progreso?, ¿Grandeza/Orgullo nacional? Para mí todo eso y mucho más.

 

Defender la Universidad Pública no es una cuestión partidaria, es una cuestión de ética y de derecho. “Cuando se nace pobre, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema.

El saber rompe las barreras de la Esclavitud”.

 

«Hoy rendimos el examen más importante”. «Qué libertad tan rara, no huele a libro, huele a bala ”. Cuando algo que da refugio, protege, nos envuelve y atraviesa está en una situación compleja, tendemos a saltar en su defensa.

No todos, señor presidente, tienen la oportunidad de formarse en universidades, instituciones privadas como hizo usted.

La mayoría opta por la pública por su accesibilidad e inclusión. Otros, con orgullo, la elegimos.

 

Elegimos la Universidad Pública, porque significa igualdad de condiciones, oportunidad, excelencia académica, casa de amistades y formación de vida. La educación pública promueve valores cívicos, sociales y éticos, porque acá hay que esforzarse para no ser uno más.

Celebro el enorme rol que juega la educación pública, entendida conocimiento donde se asientan las bases del desarrollo de nuestro país. ¿Realmente hay que explicar esto? Por lo visto, parece que sí.

Financiar las universidades públicas argentinas es invertir en nuevos talentos, en investigación e innovación; es impulsar el desarrollo científico y garantizar la formación de profesionales. Pero financiar la educación pública también es un acto de responsabilidad y

debe garantizarse con sustentabilidad financiera a largo plazo, optimizando los recursos, promoviendo su transparencia y planificación estratégica en una mesa de diálogo que priorice los consensos.

 

No olvidemos que es la plata del Estado la que permite que tengamos educación pública. Prefiero quedarme con la idea de que fue una marcha sin intereses políticos; prefiero creer que no usan la educación, los reclamos más legítimos y sinceros, como negocios o campaña. Argentina, como nos cuesta serte fiel y

honestos. Esta es la libertad que avanza: la que apuesta al futuro de la juventud, a la educación. Mi (nuestro) futuro no está en sus manos, no le pertenece.

 

Los estudiantes somos rebeldes de las causas impuestas. Los estudiantes no somos casta, Javier. La financiación adecuada no solo permite mantener las instalaciones y tener recursos, también contribuye a mejorar la calidad educativa, porque tener un sueldo de $180.000 es indigno, y los docentes

que van a trabajar aún así, lo hacen por vocación. Gracias a ellos, por entender más que nadie el valor de la educación pública. Una ley de financiamiento bien estructurada para las universidades públicas puede ser un motor para el desarrollo educativo, social y económico. Sin embargo, su éxito depende de su

implementación efectiva y del compromiso con la calidad y equidad en la educación superior. A menos que miedo sea lo que usted tenga, Sr. Presidente, ¿por qué elige vetar el futuro?

 

Escrito por: Ugartemendia Maitè