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Países en contraste

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Si comparamos el Oriente y el Occidente del planeta Tierra, podremos identificar una rica diversidad cultural en ambas mitades que ha llevado a los países que las conforman a malentendidos y discusiones. Las diferencias en comportamientos, apariencias, valores y sistemas de creencias son profundas y se manifiestan en diversos aspectos de la vida diaria.

A continuación, explicaremos algunos de los puntos que las singularizan más a detalle, con el fin de enfatizar y remarcar estas diferencias:

En cuanto a los comportamientos, una de las discrepancias más notables radica en la concepción del individuo y la sociedad. Mientras que en Occidente se valora el individualismo, la autonomía y la expresión personal, en muchas culturas orientales prevalece el colectivismo, la armonía social y la importancia de la familia. Esto se refleja en la toma de decisiones, las relaciones interpersonales y la forma de entender el éxito. Por ejemplo, en Estados Unidos, se fomenta la competencia individual, mientras que en Japón, se prioriza el consenso grupal y la lealtad a la empresa.

Las diferencias en la percepción de la belleza física entre Oriente y Occidente son evidentes. En muchas culturas orientales, la belleza es un ideal altamente valorado, al cual asocian con la juventud, la perfección y el éxito social. Esta presión estética puede llevar a que un número significativo de personas se sometan a procedimientos quirúrgicos para alcanzar los cánones de belleza establecidos. En Corea del Sur, por decir un caso, la cirugía plástica es tan común que se considera una especie de rito, aunque los jóvenes todavía no sean mayores de edad. En contraste, aunque Occidente también tiene estándares de belleza elevados, la presión social no es tan intensa para los que habitan esta región y las cirugías estéticas son vistas como una elección personal más que una necesidad social.

La religión, la educación y el trabajo son otros ámbitos en los que se observan choques culturales. En Occidente, la religión tiende a ser más individual y separada de la vida pública, mientras que en Oriente está profundamente arraigada en la cultura y la sociedad. En cuanto a la educación, los sistemas educativos occidentales suelen enfatizar el pensamiento crítico y la autonomía del estudiante, no así con los sistemas educativos orientales, que ponen mayor énfasis en la disciplina, la memorización y el respeto por la autoridad. En el ámbito laboral, las culturas occidentales valoran la iniciativa individual y la movilidad profesional, mientras que las culturas orientales suelen priorizar la estabilidad laboral y la eficacia de sus empleados, llegando a explotarlos de manera desmesurada.

Teniendo en cuenta todos estos factores, podemos concluir que ambas regiones poseen sus pros y contras. Dependiendo de la visión que poseemos y las costumbres que se nos han forjado con el tiempo, creeremos que algunas acciones que se realicen en estos sectores estén bien o mal, pero esto no significa que realmente sean uno u otro. Escribiendo este artículo como una persona que reside en el Occidente, hay ciertas tradiciones o hábitos que caracterizan al otro hemisferio que me aterran, como lo es la constante preocupación estética y la búsqueda insaciable de aceptación que los habitantes del Oriente sufren día a día. Sin embargo, destaco su sistema educativo, al poseer mayor eficacia que el sistema que rige a sus países opuestos.

Escrito por: Petacci, Rafaela