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EDUCACIÓN

Orgullo marplatense: educación y creatividad unida

Estudiantes del Instituto Industrial Pablo Tavelli forman parte de un reducido grupo de trabajo que fue seleccionado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Mincyt) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).

Su creación se trata de un satélite, el cual tiene el tamaño de una lata de gaseosa que puede utilizarse para evaluar el impacto de la pesca ilegal en la milla 201. Los alumnos actualmente están enfocados en que el dispositivo esté en condiciones óptimas para su lanzamiento desde el Centro Espacial Teófilo Tabanera, en la provincia de Córdoba

En términos más específicos, el llamado TAV-LIGHT 1 es la construcción de un dispositivo de menos de 200g de peso (pico satélite), que una vez que se lance sea capaz de recolectar datos atmosféricos y aportar datos para observar cómo la contaminación lumínica producida por cientos de buques que operan en el límite de la zona económica exclusiva (ZEE) afecta directamente a la fauna marina.

La innovación nace en el marco de un programa y un proyecto: el Cansat, una convocatoria internacional impulsada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio estadounidense (NASA) y la Agencia Espacial Europea (ESA), que a nivel nacional es llevada adelante por el Mincyt y la Conae, con el objetivo de acercar la ciencia y la tecnología a los alumnos de escuelas secundarias, y fue seleccionada entre casi 500 participantes.

Todos los integrantes se capacitaron en reuniones virtuales sobre sistemas espaciales, tecnología satelital, telemetría e industria aeroespacial. Dichas charlas las dictaron tanto la Conae como la UTN (Universidad Tecnológica Nacional), con una pauta y una puesta en común.

Ese objetivo era simplemente crear un satélite que pueda medir presión y temperatura en el aire en una altura superior a 400 metros, y después tenía que tener una misión secundaria enfocada a una problemática ambiental local.

Cuando el entusiasmo y dedicación ganan fuerza, nacen estos proyectos. Así fue como el TAV-LIGHT 1 propuso dar sentido a evaluar el impacto de la pesca ilegal e indiscriminada frente a las costas de Mar del Plata, problemática la cual destaco de interesante, ya que es una cuestión ambiental de suma importancia que actualmente no se le estuvo dando demasiada concientización como se debería.

A fin de cuentas, el proyecto prevé que los resultados obtenidos sean compartidos y comunicados a instituciones, organismos o grupos de investigaciones vinculados al área, acoplándose la educación técnica/industrial Argentina a otras áreas donde todo lo estudiado durante años pueda dar sus frutos.

Llegando ya al final de este artículo, caigo en la reflexión, tanto como estudiante de escuela técnica como escritor, que cualquier joven se puede especializar años en distintas carreras, distintas ingenierías, distintas áreas, pero los proyectos como estos deben presentarse a su debido tiempo, por no decir cuanto antes, concluyendo en que por más que yo estudie añares un área, si nunca puedo aplicar todo mi conocimiento, ¿qué sentido tiene?

Por ello, destaco el tiempo en el que presentaron esta “locura” de proyecto, porque son alumnos entre 17 y 18 años que no le tuvieron miedo a salir afuera, presentarse y decir “esta es nuestra creación y venimos a aplicarla”.

También he de destacar el proceder de la institución, tanto a nivel de enseñanzas como a nivel de acompañamiento durante todo este trayecto, y no me cabe duda que esto va alzar y dejar en alto el nombre de la misma.

Por: Máximo Torrens