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Opiniones controversiales: nuevo puente en San Nicolás

Hace poco, se celebró en San Nicolás la apertura del llamado “Puente de los Deseos”. Como se puede leer en la página del gobierno de la ciudad, éste se crea como nexo entre ambas costaneras, con el objetivo de facilitar el tránsito entre los ecosistemas de la misma.  Sin embargo, con su construcción llegan opiniones muy divididas de parte de los nicoleños. Hay quienes están satisfechos con la elección de la obra y felices por los resultados, y quienes están inconformes y preocupados.

Para el artículo de hoy, voy a profundizar en el último grupo de personas y el por qué de su descontento. Esto es fácil de explicar, y es debido al riesgo de contaminación que trae el puente respecto al río Paraná. Pero…

   ¿Los puentes pueden contaminar?

La respuesta es sí. Y no, no es debido a que los autos pasen por encima del río. Aunque esto claramente supone un peligro medioambiental en caso de romperse el mismo o haber desechos, el principal problema no es ese.

Cuando se habla de la construcción y mantenimiento de un puente, se debe realizar una buena gestión medioambiental con el fin de minimizar el impacto ambiental sobre el lugar en cuestión (y sobre los lugares de donde se obtienen los recursos). Una mala gestión puede traer distintos impactos, ya sea la modificación del medioambiente debido a distintos tipos de polución, la generación de residuos, y el consumo de recursos. En el caso del puente, no se aprecia una muy buena planificación, lo cual pone en duda si esta gestión fue realizada o no.

La otra cara del problema es el avance sobre la reserva natural protegida, el Parque Rafael de Aguiar. Los nicoleños hacen hincapié en lo expresado en la Ley de Reservas, además de evidenciar la poca preocupación sobre los ecosistemas que demuestra el proyecto, permitiendo la entrada de los autos y buscando la urbanización (si la entrada fuese a pie o en bicicleta, sería otra historia). Esto mismo podría aumentar drásticamente los desechos plásticos y los residuos, proporcionalmente a los posibles daños ambientales.

Como digo en todos los artículos, en mi opinión quienes pueden cambiar algo somos nosotros. Todos sabemos los riesgos que existen, pero no podemos evitar que se construya el puente. Aparte, hay muchas personas felices con esto, y así como hay posibles impactos negativos también podrían ser positivos. Queda en nuestras manos ser precavidos y no contaminar el ecosistema, cuidarlo, y darle importancia a la situación. El peligro está ahí, ¿qué hacemos en respuesta? Eso es lo que importa.

Por: Ariana Amaya