Cuando vemos imágenes del espacio profundo, o bien escuchamos noticias de nuevos descubrimientos externos a la Tierra, usualmente los relacionamos con observatorios ubicados en otros países, lejos de Argentina.
Esta idea podría ser cierta hace muchos años, cuando el estudio del espacio con tecnologías avanzadas era un terreno de estudio naciente. No obstante, en la actualidad podemos encontrar diversos proyectos a lo largo y ancho de Latinoamérica, incluyendo a nuestro país.
Hay muchos casos, cada uno con equipos preparados para una gran variedad de objetivos. A pesar de esto, no haremos un análisis de las observaciones espaciales en Latinoamérica y ni siquiera en nuestro país, sino en una región específica: la Puna Argentina.
¿Qué motivos impulsan a ubicar observatorios en un lugar tan inhóspito, como lo es el noroeste argentino?
Esta región cuenta con puntos clave para la estudios astrofísicos, tales como los bajos niveles de humedad, la temperatura, la altitud (que alcanza los 4,800 metros), la poca contaminación lumínica artificial, entre otros.
Estas condiciones han motivado a la construcción, en esta última década, de dos observatorios: QUBIC (Q-U Bolometric Interferometer for Cosmology) y LLAMA (Large Latin American Millimeter/submillimeter Array).
El primero de ellos cuenta con un observatorio dedicado a analizar ondas de radio que componen el fondo cósmico de microondas -primeras señales luego del Big Bang, con una antigüedad aproximada de 13.800 millones de años-. Para realizar estas observaciones, posee un instrumento que combina dos técnicas: interferometría y bolometría. El diseño y creación de QUBIC fue gracias a una colaboración de organismos provenientes de Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina, culminando con la inauguración del proyecto en noviembre de 2022.
El segundo de ellos es una colaboración entre organismos brasileros y argentinos, con apoyo de la comunidad internacional. Se basa en una antena de radio de unos 12 metros de diámetro, con la que se esperan detectar ondas de radio del orden milimétricas y submilimétricas, lo cual permitiría estudiar atmósferas planetarias, agujeros negros, el Sol y demás objetos celestes. Iniciado en 2014, este proyecto aún sigue en construcción, aunque ya cuenta con grandes avances.
Ambos proyectos, a pesar de contar con la mayoría de la inversión de origen extranjero, aportan una gran oportunidad para profesionales regionales de ejercer sus estudios, como así también motivan el desarrollo de ciudades/pueblos periféricos a los mismos.
Además de este aporte al desarrollo de factores nacionales, las investigaciones llevadas a cabo en ambos centros podrían ser clave en el avance de conocimientos generales. Si bien QUBIC cuenta con menos de dos años de funcionamiento y LLAMA ni siquiera ha Sido terminado, los instrumentos con los que cuentan tienen una gran durabilidad, permitiendo proyectar observaciones astronómicas para los próximos años.
Escrito por: Dorsch Santiago