Elon Musk informó el pasado 28 de enero a través de X (antes Twitter), que su empresa dedicada a la neurotecnología, llamada Neuralink, implantó exitosamente su primer chip cerebral en un ser humano.
El magnate sudafricano, poseedor de empresas tan variadas como Space X, Tesla, SolarCity o Paypal, alcanza un nuevo hito en desarrollo tecnológico, ahora con Neuralink. Anunció que el proceso de instalación se realizó correctamente y que el paciente se encuentra estable.
Este chip, del tamaño de una moneda, posee 64 hilos flexibles y más finos que un cabello humano, los cuales se conectan con distintas regiones cerebrales, dependiendo de la función que se quiere que cumpla. Por otro lado, su funcionamiento es inalámbrico, permitiendo cargar su batería sin ninguna conexión física. Para implantar este delicado sistema, se utiliza un robot con una precisión milimétrica, permitiendo disminuir el margen de error y posibles daños en el tejido neuronal.
El mismo Elon Musk afirmó, en declaraciones anteriores al implante, que los primeros chips que instalaría en cerebros humanos serían para personas que hayan perdido la movilidad de sus extremidades.
Aunque no se cree que sea una noticia falsa, aún no hay ningún informe externo a la empresa ni a su dueño. Por esto mismo, para confirmar y conocer más a fondo el caso, se deberá esperar el accionar de instituciones y/o individuos ajenos a Neuralink.
En mayo del año pasado, la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) aprobó los sistemas neuronales de Neuralink para ser probados en humanos. No obstante, existen distintas investigaciones previas a esta aprobación, por parte del Departamento de Agricultura Estadounidense, por los supuestos ensayos que resultaron en la muerte de 1.500 animales. Quitando el hecho de que estos hechos hayan sido o no reales, Neuralink tendría que haber cumplido con distintos requisitos para alcanzar la aprobación de la FDA, lo cual cumple un mínimo estándar de seguridad para el paciente.
Si bien esta noticia generó revuelo en las redes sociales, no es el primer implante cerebral que se habría efectuado con éxito. Empresas como Blackrock Neurotech o Precision Neuroscience tienen una trayectoria superior a las dos décadas en el campo de la neurotecnología, adquiriendo en el transcurso implantes exitosos en humanos y, según los expertos, son procesos y sistemas más simples que los sintetizados por Neuralink.
Sin embargo, teniendo en cuenta que la empresa de Elon Musk fue creada hace apenas 8 años y que la experimentación en humanos es posible para ellos hace menos de uno, genera una gran expectativa de avance para los años venideros.
Estas invenciones son una gran oportunidad para que personas con discapacidades motrices, hasta ahora sin ninguna cura o tratamiento, puedan ampliar sus capacidades con la adquisición de estos implantes conectados a extremidades robóticas. A pesar de esto, este campo abre nuevos problemas éticos y vacíos legales en cuanto a la manipulación del cerebro, el cual, hasta ahora, era la única privacidad plena que un individuo posee. ¿Hasta dónde llegarán estas tecnologías? ¿Podrán “desbloquear” esa poca privacidad que nos queda? ¿Qué efectos traería a nuestra sociedad? ¿Hay tiempo para generar respuestas al surgimiento de estas tecnologías? Son algunos de los interrogantes que surgen en esta nueva era tecnológica.
Escrito por: Dorsch Santiago