Desde antes de las PASO, el partido “La Libertad Avanza” y su candidato a presidente de la nación, Javier Milei, proclamó sus intenciones con el sector de ciencia, tecnología e innovación de nuestro país, lo cual puso en alerta a todas las áreas, empresas e instituciones relacionadas. Esto por variadas propuestas, tales como el cierre del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación o la privatización de instituciones como el CONICET.
Este miedo del campo encargado de la investigación y aplicación de conocimientos científicos se concretó con los resultados del ballotage y, ya desde el 10 de diciembre, se han apreciado cambios contundentes y posibles pasos a seguir en la organización de estos sectores.
En primer lugar, el anterior Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, como ya era previsto, desapareció, como consecuencia de la drástica disminución a tan solo ocho ministerios de los dieciocho preexistentes. En su lugar, el nuevo gobierno ubicó al desarrollo científico en la categoría de secretaria, dirigida por la Jefatura de Gabinete.
Con esto, no solo disminuye la inversión estatal en las áreas involucradas, sino también pierde independencia para iniciar o concretar proyectos.
Por este motivo, el exministerio, dirigido por Daniel Filmus, ahora podría pasar a ser una secretaria que estará coordinada por Fintech Alejandro Cosentino, empresario argentino con un largo historial vinculado a administración de empresas y servicios financieros digitales.
Por otro lado, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, que en el gobierno de Alberto Fernández estuvo dirigida por Fernando Peirano, pasó a manos de Laura Toledo, quien es la actual directora del Fondo Argentino Sectorial.
Por último, el CONICET, una de las instituciones científicas más importantes de nuestro país, quedó en manos, como ya había sido presentado previamente al 10 de diciembre, de Daniel Salomone, veterinario y clonador de nuestro país.
Este es el presente de la ciencia, tecnología e innovación de Argentina a tan solo una semana del inicio del nuevo mandato presidencial. Los futuros pasos aún son inciertos. No obstante, se espera un golpe negativo en la inversión en la nueva secretaría, así como también está abierta la posibilidad del retraso o cancelación de proyectos científicos clave de nuestro país, como la vacuna Arvac, refuerzo para el COVID-19, el cohete espacial Tronador II o el nuevo reactor nuclear RA-10 (CAREM). Para cerrar, es probable así mismo, como planteó Javier Milei previo a su asunción, la privatización del CONICET y otras instituciones estatales, lo cual podría generar un gran impacto en la producción y calidad de la investigación científica nacional.
Cualquiera sea el caso, es importante destacar que la ciencia, la tecnología y la innovación son pilares clave para el desarrollo de cualquier nación en el mundo actual, evidenciado en países desarrollados que invierten gran parte de su PBI en estos campos de estudio. Por lo tanto (y como expresa la célebre frase divulgada por el sector científico argentino), “la ciencia no es cara, cara es la ignorancia”.
Escrito por: Dorsch Santiago