
Quizás todos seamos deportistas hasta cierto punto, dado que todos hemos hecho deporte de una u otra manera; en el colegio, un deporte propiamente dicho, inclusive caminando. Si se hace un deporte o disciplina, hay una línea entre dos tipos bien marcados: los deportistas y lo que yo llamo, mini-pros.
Los deportistas son aquellos que realizan el deporte a modo de recreación o de forma amateur. Jugar con amigos un fútbol cinco, un guanteo en la plaza con tu amigo y otros ejemplos son cosas que hemos experimentado todos, y últimamente es cada vez más común en nuestra sociedad.
Pero luego, estamos nosotros, los mini-pros. Mini porque somos aún adolescentes, con escuela, vida social y en crecimiento. Nos diferencia nuestro enfoque, vamos a lo que vamos, nuestro deporte y carrera es sino lo más de lo más importante en nuestra vida.
Perdemos salidas por entrenar, días libres por competir, fallamos pruebas por estar nerviosos debido a una competencia. Nuestra integración es un gran reto, somos profesionales enfrentando una etapa en la que no sabemos ni qué ponernos del ropero.
Nuestra integración es un reto también gracias a la sociedad, porque si bien el deporte es parte de esta, nosotros nos obsesionamos, entrenamos hasta el agotamiento, hasta no caminar. Es una pasión que arde dentro siempre, y eso no se suele entender.
Los deportistas de alto rendimiento aprenden a ser tales en el entreno y otros fuera, esa es una de las soluciones. Pero a nosotros nos inquieta no saber de qué hablar. ¿No les ha pasado de querer hablar con alguien y solo pensar en el gimnasio o alguna actividad que practiquen? Complejo, ¿no?
Llegados a esto, mi recomendación es que sean libres. Somos muy jóvenes; tengan confianza en lo que construyen de a poco. No son dioses (aún), nadie crea nada en dos días. Disfruten de estos años, que van a ser los mejores de tu vida. Créanme, lo que hacen ahora en sus carreras, va a importar.
Escrito por: Cuello, Agustín