Sin lugar a dudas, el agua es uno de los recursos esenciales en el sistema Tierra y de él dependen todos los seres vivos. No obstante, sabemos muy poco acerca de la topografía de las masas oceánicas y de las fuentes de agua dulce en el planeta. Para sumar a esta problemática, el cambio climático pone en riesgo las reservas de agua globales y vuelve aún más irregular su ciclo y uniformidad.
Las consecuencias de estos procesos son las inundaciones, sequías, incendios y otros desastres naturales. ¿Hay alguna solución? ¿Qué hacen los gobiernos para tratar este problema?
Con el objetivo de ampliar nuestro conocimiento acerca de la distribución del agua en la superficie, su topografía y prever desastres ambientales respecto al agua, la NASA y la CNES (Centro Espacial Francés), con la colaboración de las instituciones nacionales canadienses e ingleses, desarrollaron la misión SWOT (Surface Water and Ocean Topography).
Esta misión consiste en el desarrollo de un satélite espacial con la capacidad de analizar más del 86% de la superficie del planeta en un ciclo total de 21 días, permitiendo no solo ampliar enormemente el conocimiento acerca de las masas de agua a nivel global, sino también con una actualización muy rápida y permitiendo prevenir las consecuencias previamente mencionadas.
La planificación de este proyecto comenzó antes del año 2015 y, el pasado 16 de diciembre, fue lanzado en la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California. La empresa SpaceX (más conocida por su fundador y dueño actual, Elon Musk) se encargó del lanzamiento y el cohete a utilizar, en este caso, un modelo Falcon 9.
El despegue salió como era esperado y el satélite ya se encuentra en órbita a una altura de 857km. Desplegó sus paneles solares para su alimentación energética y pasará los próximos 6 meses calibrando las tecnologías de medición. Cuando pase este lapso, ascenderá a una altura de 891km.
Por la durabilidad de los equipos de medición, se espera que la misión SWOT tenga una duración de 3 años desde que comience a funcionar. Analizará toda la superficie desde las latitudes 78N° hasta la 78S° (para graficar estas mediciones, podrá obtener datos de todo el globo terrestre a excepción de los polos) y podrá analizar el 95% de ríos, lagos y otras fuentes de agua dulce a profundidad.
Este proyecto, si bien fue puesto en acción a mediados de 2015, fue planificado a mediados del 2007 junto con otros 14 programas en la Encuesta Decenal de Misiones Científicas de la Tierra del Consejo Nacional de Investigación, en el cual la NASA recibió proyectos relacionados a las ciencias de la Tierra a desarrollar en la próxima década de ese año.
Concretar este tipo de proyectos nos permiten alcanzar aún más conocimiento de áreas sumamente importantes en la actualidad. El agua es un recurso esencial y amerita inversiones en proyectos y programas de investigación en el campo de la misma. Por otro lado, ver organizaciones gubernamentales desarrollar proyectos relacionados al cambio climático genera un grado de esperanza y tranquilidad en la población mundial.
Por: Santiago Dorsch