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Si le preguntamos a distintas personas qué opinan acerca de los métodos evaluativos actuales, las materias que nos brindan las escuelas, las metodologías que se utilizan para dar clase y el sistema educativo en general, nos vamos a encontrar con múltiples opiniones.

 

La realidad es que actualmente seguimos manteniendo el mismo estilo de educación monótono de hace muchísimos años. Podemos notarlo hasta comparando una imagen de una escuela de hace 50 años atrás con una fotografía de una escuela de hoy en día.

Si observamos estas imágenes, a simple vista podremos distinguir que no hay diferencias, o que son casi nulas. Lo que se realizaba hace medio siglo atrás sigue vigente hasta el día de la fecha. Un salón, un profesor frente a un grupo de 30 alumnos y una pizarra llena de contenidos.

 

Para un adolescente promedio, pasar todos los días 5, 6, 7 o hasta 8 horas en un mismo lugar frente a un pizarrón y escuchando a alguien hablar se vuelve tedioso y estresante.

Sucede los mismo con los métodos evaluativos, siguen siendo iguales. Específicamente me refiero a las pruebas escritas, ya que es el método más empleado. Personalmente, yo no creo que sean una mala técnica. De hecho, sirven mucho tanto para el alumno como para el profesor, además de que permiten dejar un registro escrito. El problema está cuando existe un abuso del recurso. Para los estudiantes, cuando son sometidos a extensos períodos de evaluaciones escritas, es muy difícil poder concentrarse y es inevitable estudiar ciertos contenidos de memoria, porque simplemente no llegan. Sumado a que también deben realizar las tareas diarias de las materias.

 

Por eso es importante fomentar la utilización de más métodos de evaluación y salir un poco de la monotonía. Las clases deberían ser menos estructuradas para que todos puedan sentirse a gusto, entender al profesor y aprender los contenidos de forma más dinámica.

 

Por otro lado, es importante recalcar que esto sigue igual porque en Argentina cada día se desvaloriza más a la educación y no se le toma la importancia que debería. Un claro ejemplo es la paga que reciben los profesores, la cual no se compara con todo el trabajo que realizan, porque los docentes son héroes, son héroes que día a día aportan un granito de arena para poder cambiar el mundo, porque los jóvenes somos el futuro de la sociedad. Los docentes son personas pacientes que nos explican los temas una y otra vez para que logremos comprenderlos, y que a pesar de las críticas constantes que reciben, no pierden la pasión por lo que hacen.

 

Por esto mismo, el cambio debe venir por parte de las autoridades. Porque tanto los profesores como directivos de un colegio, pueden hacer pequeños cambios, pero al fin y al cabo, ellos se encargan de acatar órdenes.

Por: Federica Raminger

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