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La jugada de la CSJN: ¿Un golpe al Gobierno?

La jugada de la CSJN: ¿Un golpe al Gobierno?

La resolución que sacaron los magistrados supremos sobre la designación de conjueces en la Corte fue un golpe en la mesa para desmentir esa falacia de que, con solo tres miembros, el tribunal no puede funcionar. M. Cúneo Libarona se encargó de dejar en claro que el miedo a la inoperancia era solo eso: miedo infundado.

La inquietud no venía de cualquier rincón, sino de pesos pesados como Ricardo Lorenzetti, quien no dudó en presionar al presidente, insinuando que con la jubilación inminente del juez J.C. Maqueda, el tribunal se quedaría hecho un caos. En medio de este torbellino, el presidente se apuraba a firmar un decreto en enero para colocar a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en comisión, aunque ni por asomo tenían el consenso necesario del Senado. Los asesores legales del Gobierno, con más sentido común que ambición política, le recomendaron esperar; un decreto podría ser anulado por un juez de primera instancia, dejándolo en ridículo.

Enero es un mes muerto para los jueces, todos de vacaciones, así que aplazar esa designación hasta febrero significaría perder tiempo valioso. Pero el presidente está decidido a tener a Lijo y García-Mansilla en la Corte lo más pronto posible. Y, para complicar aún más las cosas, los senadores peronistas firmaron un acta prometiendo anular cualquier decreto que intentara colocar a esos candidatos. Con 33 senadores firmando, y con posibilidad de sumar uno más si entra un nuevo político camporista, ahora que hay vacante.. están a solo 3 bancas de la mayoría absoluta.

El peronismo está cerca de conseguir suficiente poder para impugnar lo que Milei intente hacer. El presidente deberá lidiar con una tormenta tanto judicial como política por intentar meter jueces a dedo con un simple decreto. Sumado a esto, hay otra pregunta en el aire: ¿Renunciará Lijo a su cargo actual bajo esas condiciones precarias? Es un riesgo enorme. Nadie ha escalado al máximo nivel del Poder Judicial solo con una licencia.

Ser parte de la Corte Suprema significa dejar atrás todo compromiso anterior, pero también hay que asegurarse de que esos compromisos no regresen como fantasmas.

El conflicto con el Gobierno estalló por la decisión de los tres jueces sobre cómo regularizar la designación de conjueces. Con Maqueda abandonando el barco en una semana, será crucial contar con el voto unánime de Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti o convocar a conjueces para lograr la mayoría necesaria. Estos conjueces son presidentes de las Cámaras Federales, elegidos al azar para cada caso. Antes, se hacía de manera informal; ahora, tendrán que formalizarlo bajo reglamentación.

Se buscó desterrar esa creencia errónea sobre la inoperancia del tribunal con solo tres miembros. Lorenzetti votó en contra, alegando que ya hay dos jueces propuestos por el presidente y que sus colegas podrían intentar manipular al tribunal sin considerar a esos candidatos potenciales.

Con ese razonamiento, ¿la Corte debería haber estado paralizada desde marzo cuando Milei propuso los candidatos? La resolución sobre los conjueces fue clara: no fue un ataque al Gobierno, sino una jugada para frenar las intrigas internas. El Gobierno captó rápido el mensaje y aceptó lo que dijo la mayoría.

Escrito por: Ugartemendía, Maite