Los eventos como la ExpoAgro son lugares donde podemos encontrar tecnología, nuevas técnicas para el cuidado del ambiente y aprender acerca de la actualidad del campo. Pero, ¿qué hay acerca de la ciencia? ¿Está presente en este tipo de exposiciones?
Recordemos que, cuando buscamos explicar, descubrir o mejorar un concepto físico o una invención, estamos haciendo ciencia, a través del método científico. Por esto mismo, en las actividades agropecuarias se está haciendo ciencia constantemente: se investiga, se descubre y se ponen a prueba distintas técnicas. Algunas se refutan, mientras que otras toman valor por ser correctas y hasta se formulan conocimientos amplios con bases científicas.
Por otro lado, la tecnología está cada vez más estrechamente relacionada con la ciencia, a tal punto que las diferencias entre sus campos de estudio son muy difusas y resulta complejo saber diferenciarlas. Para esto, se creó el término de ”tecnociencia”, que engloba las actividades de ambas áreas.
Volviendo a la temática central y respondiendo la pregunta inicial, hay ciencia en este tipo de eventos, y mucha. Detrás de la mayoría de actividades y herramientas expuestas hay un proceso científico, lo que transforma a todas estas actividades como dependientes de la ciencia y su método.
En estos últimos años, el campo se volvió más y más dependiente de la ciencia para mejorar los productos finales y el proceso por el que pasan. Los análisis del suelo o de condiciones climatológicas se transformaron en algo común y cotidiano. Los productores y los centros u organizaciones dedicadas a desarrollar e investigar acerca de las actividades agropecuarias son más numerosas conforme pasa el tiempo. Sin duda alguna, el camino de la ciencia es el correcto para un mejor futuro.
Ya no es suficiente el conocimiento común de la gente dedicada a estas actividades, necesitamos que estén capacitadas y educadas con conceptos tecnocientíficos, y deben ser bases de cualquier tipo de producción. Algunos ejemplos más concretos lo demuestran de forma clara y precisa.
La producción de carne y otros derivados animales, respecto a su calidad, está directamente relacionada con múltiples factores: desde la alimentación, el espacio que tiene el animal y hasta con cuál individuo se aparea. La experiencia de los productores les permite distinguir fácilmente las variables correctas para hacer productos de alta calidad. No obstante, no estaría teniendo en cuenta la genética de cada uno de los individuos ni estudios que demuestran las mejores variables y que son abaladas por métodos científicos. Si incluimos ahora estos procesos, obtenemos mejores resultados.
Otro gran ejemplo –y muy actual por cierto- son los movimientos para reducir las emisiones de agentes contaminantes, como los gases de efecto invernadero o dañinos para la capa de ozono. Gracias a los estudios científicos que comenzaron hace varias décadas y la tecnología desarrollada para estos objetivos, hoy en día no solo somos capaces de saber cuánto contamina una empresa o productor agrónomo, sino que también tenemos herramientas para reducir o eliminar estas emisiones.
Solo es cuestión de analizar un poco más de lo visible para darnos cuenta que la ciencia está en todos lados y que el campo es dependiente de la misma. Como fue mencionado anteriormente, sin ciencia no hay futuro ni mejoras en las producciones agrónomas y ganaderas. De manera paralela, eventos como la ExpoAgro muestran a quienes la visiten el gran trabajo que hay detrás de lo que consumimos y que no solo es campo, también hay tecnociencia.
Por: Santiago Dorsch