No hace mucho, hablé de la llegada del astro argentino al Inter de Miami, de Estados Unidos, y de su excelente rendimiento y compromiso con el equipo. En dicho artículo, resalté, principalmente, las consecuencias del “efecto Messi” y sus números desde su llegada a Las Garzas. Números que, como todos sabemos, no hacen más que aumentar.
Hasta la fecha, Leo acumula 9 partidos jugados (7 por la Leagues Cup, 1 por la US Open Cup y 1 por la MLS), 11 goles y 3 asistencias. Pese a no haber jugado de titular en todos sus partidos (entró de suplente en dos de ellos), lleva unas estadísticas brutales, con un promedio de 1.22 goles por partido y una racha de victorias perfecta.
Al mismo tiempo, supo aparecer cuando su equipo más lo necesitaba, ayudando a remontar partidos que casi todos dábamos por perdidos (la mayoría de ellos en etapas de eliminación directa). Es más, convirtió el único tanto de su equipo en la final de Leagues Cup contra el Nashville SC, que terminaría concluyendo por penales luego de haberse cumplido el tiempo reglamentario y haber empatado 1-1 (10-9). Cabe remarcar que por su actuación en este certamen, fue premiado con los premios de mejor jugador y mayor anotador.
De esta forma, el capitán de la Selección Argentina contribuyó de manera contundente al primer título de este joven equipo, y aún va por más. El 27/09, jugará la final de la US Open Cup versus el Houston Dynamo, aunque el horario aún no está definido.
Para concluir, recordemos que, hasta su llegada al Inter de Miami, el club no lograba siquiera clasificaciones de media tabla; y ni hablemos de pensar en ganar un trofeo. Es increíble el impacto de este excepcional jugador, tanto en los partidos como en el plantel. Así mismo, le otorgó la cinta de capitán a DeAndre Yedlin, ex capitán del equipo antes de su llegada, y el privilegio de levantar el título.
Una muestra más de que la grandeza no se refiere únicamente al talento innato, sino también al corazón y a la humildad.
Escrito por: Albertella Mateo