En el último artículo, decidí exponer algo de lo que vendría a ser el impacto del turismo en el ambiente. En mi opinión, queda evidenciado cómo la presencia del ser humano no pasa inadvertida en el entorno, influyendo en el mismo de forma tanto positiva como negativa.
Debido a este tópico, nos damos cuenta de que contribuimos al ambiente de forma casi continua. Hay, entre nosotros como sociedad y el ambiente como nuestro entorno, una relación muy marcada, donde uno trae consecuencias para el otro. Así como nosotros contaminamos o modificamos el ambiente según las distintas actividades que realicemos sobre el mismo, es el medio el que nos va a obligar a adaptarnos y cambiar nuestras costumbres. Un ejemplo de esto es la degradación ambiental, afectando nuestras condiciones de vida.
El hombre, a través de los siglos, ha sido uno de los principales factores de la degradación ambiental. En su mayoría, se podría decir que contribuimos en aspectos negativos como las tasas de deforestación, la contaminación de las aguas y los suelos, la pérdida de biodiversidad o la degradación de la atmósfera. Sin embargo, también hemos contribuido en aspectos positivos. No todas las personas son inconscientes sobre el estado del ambiente, y hay muchas personas que realizan un cambio en su entorno. Esto, creo yo, es una cuestión social: ayudar, o no ayudar; preocuparse o no.
Es aquí donde juega un papel importante la educación ambiental de cada persona, para concientizar y determinar la importancia que damos como sociedad al tema. Un gran avance en esta problemática sería lograr que, tanto como individuos como colectivamente, entendamos la naturaleza compleja del ambiente y nuestro rol en la interacción con el mismo, donde va a ser determinante el conocimiento y los valores que tenga cada persona.
En consecuencia, creo que es posible afirmar que la influencia de las sociedades sobre los ecosistemas dependerá de la capacidad de manejo de los recursos y las herramientas que se tengan para afrontar cada circunstancia.
En estos momentos, el medioambiente constituye un reto que nos obliga a pensar en las distintas formas de hacerle frente a las problemáticas relativas al mismo. Las sociedades deben analizar distintas soluciones que hagan posible mitigar el fenómeno de contaminación ambiental, y evitar así las consecuencias que trae el mismo para nuestras condiciones de vida: ser vulnerables o adaptarnos.
Por: Ariana Amaya