Como ya se ha expuesto en otros artículos, las misiones espaciales del último tiempo van orientadas a, entre otros objetivos, el hallazgo de vida o sus componentes básicos en sistemas extra-terrestres. Misiones como Perseverance de la NASA y Hayabusa 2 de JAXA son ejemplos de lo anterior.
Sin embargo, y a pesar de que se han obtenido muestras de componentes básicos para la vida en otros sistemas, la búsqueda en otros cuerpos celestes no se termina, con la esperanza de encontrar pruebas más contundentes. En este camino, se ha lanzado la Misión OSIRIS-REx, una sonda espacial con el objetivo de tomar muestras de un asteroide a 1.9 billones de kilómetros de la Tierra, denominado Bennu.
¿Por qué este asteroide? La importancia de este objeto es su edad. Se ha formado en los primeros millones de años de nuestro sistema solar (4 mil quinientos millones de años atrás) y no ha sufrido modificaciones significantes. Por tal motivo, es una oportunidad única para analizar su composición y la de nuestro sistema solar primitivo.
Luego de una exhaustiva preparación y mediciones, la sonda fue lanzada el 8 de septiembre del año 2016. Luego de un largo viaje, entró en la órbita de Bennu en octubre del 2020, para después, a inicios del 2021, aterrizar en su superficie y tomar muestras de su suelo. En mayo de ese año, comenzó su vuelta a la Tierra, llegando el pasado 24 de septiembre. La cápsula con los 250 gramos de muestras cayeron en el Desierto de Utah, Estados Unidos.
Todas las etapas de la misión fueron exitosas, a pesar de varias complicaciones a la hora de aterrizar en la superficie de Bennu por su composición rocosa. Las muestras fueron llevadas al Centro Espacial Johnson, donde serán analizadas por los próximos dos años, compartiendo parte del material con otros centros de análisis internacionales, con la intención de aumentar la integración de estos nuevos conocimientos.
Paralelamente, la sonda OSIRIS-REx sigue con nuevas misiones. Luego de haber expulsado la cápsula con muestras del asteroide Bennu a la Tierra, tomará un nuevo rumbo hacia el asteroide Apophis, con el mismo objetivo: tomar muestras de su superficie.
Si bien aún no tenemos resultados concretos de las muestras, hay mucha esperanza en encontrar datos reveladores. Es la primer misión de la NASA que toma muestras de un asteroide y, según su planificación para años posteriores, no será la última. De todos modos, la Misión OSIRIS-REx cobra una gran importancia actual y cautiva la mirada del mundo científico en espera de sus resultados.
Escrito por: Dorsch Santiago