Inteligencia o esfuerzo; competencia o capacidad: ¿cuáles son los objetivos medibles de la educación?
¿Qué busca el sistema educativo a la hora de evaluar a sus estudiantes? ¿Qué valoran más los educadores de estos niños? ¿Cuáles son los aspectos determinantes en un alumno a la hora de aprender? Estas, y miles de incertidumbres más, complejizan la correcta formación pedagógica.
Al no aplicar diversos métodos de enseñanza que se adapten a las necesidades y virtudes de cada uno de los estudiantes que forman este sistema, se tiende a perder u olvidar ciertas capacidades que el niño poseía antes de verse sometido a una currícula y/o programa único y generalizado.
Si bien se siguen buscando y ampliando estrategias educativas a la hora de formar nuevos sujetos pensantes dentro de la sociedad, la estructuración y limitación que poseen, tanto los métodos evaluativos como los métodos de enseñanza que se encuentran vigentes hasta el día de hoy, dificultan este proceso.
Volviendo a la primer interrogante de este articulo, ¿qué es lo que busca el sistema educativo al evaluar/corregir a sus estudiantes? No puedo llegar a una respuesta concreta, ya que se me hace de extrema rareza ciertos métodos evaluativos que determinan la capacidad de los alumnos al aprender. Pero sí puedo imaginarme entre qué facetas esta pregunta va encaminada. Los educadores, ¿proporcionan más importancia al esfuerzo o a la inteligencia de las futuras generaciones?
A pesar que estas dos características se complementan una a la otra, al mismo tiempo son conceptos sumamente diferentes, por lo que me llama la atención poder entender cuál de estas dos capacidades posee mayor estima dentro del ámbito educativo. ¿Es justo que el éxito académico se mida únicamente por los resultados obtenidos, sin considerar el esfuerzo individual de cada estudiante? ¿Cómo podemos valorar adecuadamente el compromiso y la dedicación de aquellos alumnos que, a pesar de enfrentar mayores desafíos, perseveran en su aprendizaje? ¿No deberíamos reconocer que el talento natural, si bien es un factor importante, no es el único determinante del éxito? ¿Podemos medir todos estos criterios mediante una prueba? ¿Un número realmente determina el valor y conocimiento de los estudiantes?
Y estos números, ¿qué generan dentro de los alumnos? Porque, a pesar de ser un “reconocimiento” o “logro” el completar dichas pruebas satisfactoriamente, también pueden generar un efecto contraproducente dentro de las mentes jóvenes. Pueden tomar una mala calificación como un desafío/competencia para superarse a ellos mismos u otros, también pueden desarrollar nuevas capacidades para sobrepasar estos obstáculos. Pero, al mismo tiempo, pueden desganarse al ver que sus esfuerzos no dieron frutos, para luego no intentarlo más.
La educación es un pilar dinámico en constante evolución, desempeñando un papel esencial en el desarrollo de las sociedades. Ante un mundo globalizado y en constante transformación, es imperativo que los sistemas educativos se adapten de manera ágil y flexible, volviéndose un espacio donde todos los estudiantes se sientan valorados y puedan alcanzar su máximo potencial. Por ende, me gustaría destacar que la educación es la inversión más importante que podemos hacer para nuestro futuro, por lo cual tenemos que adaptarla a todos los estudiantes.
Escrito por: Petacci Rafaela