Indudablemente, en la actualidad, la tecnología es primordial en la sociedad, incluyendo la formación de la misma, que se da dentro de las escuelas.
La educación poco a poco está implementando los nuevos avances en sus instituciones, aunque esto se vio forzado por la pandemia, donde los maestros y alumnos tuvieron que adaptarse a los cambios en el momento.
Las plataformas como Moodle, Classroom, entre otras, donde se sube material y archivos con los cuales los alumnos pueden economizar sus gastos en fotocopias y tener siempre a mano los contenidos de la materia, han hecho que el aprendizaje sea mucho más práctico.
Apps de videoconferencia, como Zoom, Google Meet, etc. permiten una conexión continua de los alumnos que se les imposibilita asistir todos los días a clases, dejando así que los mismos puedan seguir estudiando desde sus casas y no retrasar el proceso de aprendizaje.
Pero como todas las cosas buenas, hay cosas que tenemos que replantearnos. Como la IA resuelve directamente las actividades que plantean los profesores dentro de clases, esto deja de lado la capacidad de formular nuestras propias respuestas y nos limitan en todo momento.
Si bien también son una herramienta bastante poderosa que disminuye la complejidad del aprendizaje, tenemos que saber utilizarla para no aprovecharnos de más y solo copiar y pegar, sin analizar los conceptos que se tratan y las respuestas que determina la aplicación.
El uso excesivo de la IA puede generar:
Está bien utilizar esta herramienta mientras sepamos trazar nuestros propios límites y diferenciar cuándo es momento de poner en juego nuestras propias habilidades y demostrar lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.
Si no llegamos a resolver una tarea o actividad, y queremos un método rápido y conciso de hacerlo, vamos a optar por la inteligencia artificial, ya que su margen de error, la mayoría de veces, es muy pequeño. Pero, vuelvo a recalcar, no tenemos que abusar de esto.
Por: Rafaela Petacci