Gran accidente aéreo en Washington D. C.

El pasado miércoles por la noche, a 5 kilómetros de la Casa Blanca, un avión de PSA Airlines (operado por American Airlines), procedente de Kansas y con 64 personas a bordo, se estrelló contra un helicóptero militar que se encontraba haciendo un vuelo de formación mientras preparaba su aterrizaje en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan.

Según información brindada por la Administración Federal de Aviación, el avión Bombardier CRJ700 se encontraba a una altitud aproximada de 120 metros, aproximándose a la pista 33 del aeropuerto. Si bien un controlador aéreo le preguntó al helicóptero si tenía en vista a la aeronave, se le ordenó a este “pasar por detrás del mismo”. Lamentablemente, no se pudo evitar la colisión, y ambas aeronaves se fusionaron en una bola de fuego justo encima del río Potomac.

Muchos de los pasajeros practicaban patinaje artístico, y volvían de un evento nacional que tuvo lugar en Wichita, Kansas, junto a familiares y entrenadores. Entre estas personas, se encontraban los rusos Vadim Naumov y Evgenia Shishkova, figuras de renombre y campeones mundiales de su disciplina en 1994, y su hijo Maxim Naumov, quien obtuvo el cuarto lugar en el campeonato nacional. Entre las víctimas, también se encontraba un argentino, que viajaba junto a su hijo de nacionalidad chilena. Por su parte, el helicóptero Black Hawk del Ejército de los Estados Unidos contaba con una tripulación de tres personas.

De acuerdo con los primeros reportes, cuatro personas fueron rescatadas y trasladadas a hospitales. Sin embargo, las autoridades afirman que encontrar más víctimas con vida es prácticamente imposible debido a múltiples factores, como la explosión, la caída hacia al agua y la temperatura de la misma, aproximadamente 1,6 grados Celsius, lo que supone un riesgo importante de hipotermia para los posibles sobrevivientes. Por ahora, 53 cuerpos han sido recuperados, incluidos los de los tres soldados,

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que “sigue de cerca la situación” y pidió que “Dios bendiga sus almas”. Para él, este accidente se podría haber evitado y culpó a los pilotos del helicóptero por provocarlo. El FBI, que se encuentra operando en la zona, descarta que sea un acto terrorista o criminal.

Siendo este uno de los peores accidentes de aviación que se produjeron en territorio estadounidense en los últimos años, un equipo de 300 personas están luchando contra las condiciones adversas para seguir recuperando cuerpos.

Escrito por: Cáceres, Matías