Eurovisión. A muchos esta palabra le puede sonar conocida; a otros, no tanto.
Eurovisión es un evento musical internacional, organizado por la Unión Europea de Radiodifusión (EBU, por sus siglas en inglés), en el que todos los miembros de esta organización pueden participar. Estos son principalmente países europeos, pero también encontramos a Australia, Marruecos, Israel, entre otros.
Este concurso, que tuvo su primera edición en 1956, ha visto pasar por su escenario a grandes artistas, como ABBA y Celine Dion. Sin embargo, en este artículo nos vamos a centrar en la edición de este año, llevada a cabo el mes pasado en Suecia, debido a que, en el marco de los conflictos de Medio Oriente, este evento pasó de ser un evento cultural a uno político.
En la ciudad de Malmo, la semana del 7 al 11 de mayo estuvo cargada de tensión. Desde temprano, miles de personas se reunían en el centro de la ciudad escandinava para protestar contra la participación de la cantante israelí Eden Golan y pedir por la exclusión de dicho país de la competencia, al igual que lo habían hecho con Rusia cuando atacó a Ucrania en 2022. Anteriormente, más de 50.000 personas habían juntado firmas para hacerle una petición al director general de la EBU para que prohíba la participación de Israel de esta edición del evento. No obstante, esto no tuvo efecto e, incluso, la organización decidió prohibir a los participantes y fans de mostrar símbolos pro-palestinos durante el concurso.
Ante la magnitud de estas manifestaciones, a Golan (quien fue abucheada durante prácticamente todas sus presentaciones) le preguntaron en una conferencia de prensa si no sentía que estaba poniendo en riesgo a todos los demás participantes por no abandonar el evento. Además, el representante neerlandés Joost Klein le pidió a ella que justifique su participación en Eurovisión en medio de los ataques de su país hacia la Franja de Gaza.
Ante todo esto, la cantante respondió con altura: “Pienso que todos estamos aquí por solo una razón. La EBU toma todas las medidas de seguridad para hacer de este lugar uno seguro y de unidad para todos”.
Ahora bien, la delegación israelí en su conjunto también estuvo en el ojo del huracán. Y es que, a lo largo de la semana, miembros de diferentes delegaciones han denunciado que los israelíes les perseguían para grabarles después de que hicieran algún gesto relacionado con Palestina, lo que resultó en que los trasladaran hacia una sala especial, aislados de los demás cantantes. Por ejemplo, la compositora de Hurricane (canción de dicha delegación, que tuvo que ser modificada por sus referencias a los ataques a Hamas), Keren Peles, descalificó en sus redes sociales a varios de los artistas, como Bambie Thug y Joost Klein. Así mismo, el estilista de Golan tuvo que borrar un video en el que grababa a Thug sin su permiso y la llamaba «monstruo».
Aprovechando que mencioné a Bambie Thug, la representante de Irlanda le tiró más leña al fuego al denunciar ante los organizadores del evento los comentarios que había recibido por parte de la emisora israelí KAN, quien alertó a los televidentes de que si el acto sería el más terrorífico de la noche, ya que incluiría magia negra y símbolos satánicos.
También mencionaron que a ella le gustaba “hablar mal de Israel”. A modo de protesta, Thug decidió no participar en uno de los desfiles más representativos de Eurovisión.
Sumando a todo el lío que se estaba llevando a cabo en Suecia, un canal de televisión belga interrumpió la presentación israelí para emitir un mensaje, también de protesta, con tendencia anti-israelí, en el que reclamaban el cese al fuego y el fin del genocidio, aunque sin mencionar directamente a Gaza o al pueblo palestino.
El día más importante, el de la final, la EBU tuvo una reunión de emergencia, luego de que 5 participantes amenazaran con abandonar esta instancia a menos de 25 minutos antes del comienzo de la misma. Afortunadamente, los problemas se resolvieron y todo ocurrió de acuerdo a lo previsto, culminando con la victoria de Nemo, el representante suizo.
Quedó claro que esta edición de Eurovisión será recordada, no por sus canciones, sino por las polémicas en las que estuvo envuelta. Los manifestantes en las calles y las actitudes de la EBU y la delegación israelí fueron una combinación fatal que manchó el nombre de esta competición. Ahora bien, ¿qué sucederá en la próxima edición? ¿Participará Israel? Estas son preguntas que solo el tiempo podrá responder.
Escrito por: Caceres Matias