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MEDIO AMBIENTE

El terremoto que sacudió Oriente Medio: causas y consecuencias del desastre

Una de las noticias con más difusión y más estremecedora de estas últimas semanas a nivel mundial fue, sin duda alguna, el desastre provocado por un terremoto de magnitud 7.8, afectando los países de Turquía y Siria.

El suceso ocurrió el pasado 6 de febrero a las 4:15 A.M. hora local y, luego de tan solo 11 minutos desde que finalizó el terremoto, una réplica de magnitud 6.7 azotó el lugar afectado. Esta no fue la única: múltiples réplicas se presentaron en las horas posteriores del terremoto, alcanzando hasta una magnitud de 7.5.

Para entender las magnitudes de este terremoto y sus respectivas réplicas podemos clasificarlos desde otro punto de vista: las consecuencias que generan. En este caso, se considera con un nivel alto a la destrucción generada y un nivel medio a la cantidad de heridos y víctimas fatales.

El epicentro del terremoto fue en la ciudad de Kahramanmaraş, Turquía. Sin embargo, afectó una gran área, alcanzando el país vecino, Siria. Al día de la fecha (19/02), se alcanzó la cifra de 46.000 víctimas fatales entre ambos países y millones de personas evacuadas a otras partes del país para ser asistidos. Un equipo de más de 12.000 personas (entre ellos refuerzos enviados por la ONU y la República Argentina) buscan sobrevivientes entre los escombros de las casas y edificios, lo cual ha resultado efectivo y luego de más de 300 horas desde el terremoto siguen encontrando personas con vida, un hecho en contra de todo pronóstico.

En daños materiales, miles de edificios quedaron totalmente destruidos. Por otro lado, los que aguantaron los temblores se los sometió a un análisis estructural, resultando que un gran porcentaje tienen un alto o medio riesgo de derrumbe. El gobierno comunicó que dichas estructuras no estaban preparadas con sistemas antisísmicos.

El gobierno turco, al momento del desastre, envió un comunicado pidiendo asistencia internacional, exponiendo que el dinero total a utilizar para asistir a los daños (más de 800 millones de dólares) solo contaban con un 48% del total. De forma paralela, otro comunicado del mismo presidente afirmó que al iniciar el mes de marzo comenzará la construcción de departamentos y edificios para los refugiados y afectados por el desastre.

Dejando las cuestiones socioeconómicas a un lado y centrándonos en el desastre en sí: ¿por qué se producen los terremotos y cuál fue la causa de este en específico? Se describe a los terremotos como una liberación brusca y repentina de la energía almacenada en las placas tectónicas respecto a sus movimientos e interacciones entre sí. En otras palabras, debido a que las placas tectónicas tienen movimientos independientes, y estas a su vez chocan, se separan o friccionan entre sí, liberan energía la cual se percibe en la superficie como un temblor. Mientras más energía se libere y menor sea la profundidad del hipocentro (lugar donde se libera la energía), mayor será la magnitud del terremoto.

En este caso, el terremoto ocurrió porque está en una zona de contacto entre dos placas tectónicas. Como complemento, el hipocentro del terremoto y sus réplicas no superaban los 20 kilómetros de profundidad, aumentando su magnitud en la superficie.

A casi dos semanas de la catástrofe, la situación no ha mejorado mucho, y cada día el número de víctimas fatales aumenta. No obstante, la ayuda internacional, sumada a una buena planificación, ayudarán a reponer a ambos países de tal desastre.

Más de uno, luego de ver la magnitud y la capacidad destructiva que tienen este tipo de fenómenos, se habrá preguntado: ¿en nuestro país pueden ocurrir? Verdaderamente, la mayoría de nuestro territorio no está en una zona de contacto de placas y muchas veces se sienten sismos de poca magnitud en las provincias cercanas a la cordillera, zona donde sí hay interacciones de placas. Si bien no hay registros de grandes temblores actuales, sí los hay en el pasado. El ejemplo más recordado es el terremoto de la provincia de San Juan, en el año 1944, famoso por hacer desaparecer una ciudad entera y llevarse consigo entre unas 9.000 a 15.000 victimas fatales.

Como la mayoría de los desastres naturales, los terremotos no tienen prevención y no son fáciles de detectar, dificultando utilizar métodos de evacuación. Por otro lado, la tecnología nos permitió diseñar estructuras más resistentes, sistemas de alarmas, planificaciones post terremotos, entre muchos más. Sin embargo, no se descarta encontrar sistemas o señales de previsión, permitiendo evacuar la zona afectada antes de que sea tarde.

Por: Santiago Dorsch