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EDUCACIÓN

El proyecto que depara el incierto futuro de la educación argentina

Comenzando con el inesperado acto en San Juan, imagínense lo siguiente: un presidente hiperactivo, que apenas puede quedarse quieto, decidió tomarse un respiro de su seguidilla de viajes al exterior para lanzar un proyecto de lo más ambicioso en Argentina. Fue en San Juan donde, junto al gobernador Marcelo Orrego, Milei presentó el flamante Plan Nacional de Alfabetización. ¿La meta? Combatir lo que él llama «el germen del analfabetismo». Sinceramente, a veces pienso que nuestro presidente tiene hormigas en el culo, ya que, después de este acto, el sábado se fue a Brasil para una cumbre de extrema derecha, y el lunes estará en Tucumán, firmando un pacto. No digo que esté mal su hiperactividad, es el presidente de un país, ¿pero es para tomarse a las apuradas la educación de Argentina?

Aparte del apuro, el discurso fue polémico. ¿Qué tiene de especial este plan? Bueno, el Decreto 579/2024 establece que su principal objetivo es que los estudiantes argentinos puedan leer, comprender y producir textos de acuerdo a su nivel educativo. Sin embargo, más allá de las intenciones nobles, el decreto no detalla muchas acciones concretas. Pero ey, a veces la intención es lo que cuenta, ¿no?

Mencionemos los 10 puntos relevantes del plan:

  1. Creación del Plan Nacional de Alfabetización: bajo la Secretaría de Educación del Ministerio de Capital Humano, el plan busca que los estudiantes puedan leer y escribir adecuadamente.
  2. Alcance nacional: se desarrollará una política de alfabetización prioritaria y transversal que asistirá a las 24 jurisdicciones del país en sus propias políticas de alfabetización.
  3. Ejes centrales:
  • Compromiso comunitario.
  • Alfabetización en los primeros años de escolaridad.
  • Transversalidad de la alfabetización.
  • Formación docente inicial y continua.
  • Acceso a recursos educativos de calidad.
  • Monitoreo y evaluación.
  • Inversiones en alfabetización vinculadas a condiciones efectivas para el aprendizaje.
  1. Fortalecimiento en todo el país: acompañar y asistir a todas las jurisdicciones del país mediante acuerdos y convenios para desarrollar actividades de alfabetización.
  2. Materiales educativos: impulso a la producción y distribución de materiales educativos para directores, docentes y familias, con el objetivo de mejorar la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura.
  3. Fortalecimiento de bibliotecas: apoyo a bibliotecas escolares y comunitarias, tanto físicas como digitales (aunque hubo polémica al respecto cuando el Gobierno dio de baja el sitio educ.ar, que luego volvió a funcionar).
  4. Acompañamiento a trayectorias estudiantiles: propuestas para fortalecer el seguimiento de los estudiantes y ofrecer recursos a equipos técnicos jurisdiccionales, de dirección escolar y supervisores.
  5. Evaluación y monitoreo: desarrollo e implementación de dispositivos de evaluación y recolección de información para tomar decisiones basadas en evidencia.
  6. Capacitación docente: formación inicial y continua para docentes, acompañando a los equipos jurisdiccionales.
  7. Financiamiento: el programa se financiará con las partidas asignadas anualmente por la Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional al Ministerio de Capital Humano, con la Jefatura de Gabinete ajustando los fondos según sea necesario.

La viabilidad del plan, a pesar de lo bien intencionado que suena, ha generado escepticismo debido a la falta de medidas concretas y la reciente eliminación del Fondo de Incentivo Docente (FONID) que, durante más de dos décadas, ayudó a reforzar los salarios de los maestros. Sin ese apoyo financiero, muchos se preguntan cómo se implementarán estas nuevas iniciativas.

Dándole cierre a este artículo, el Plan Nacional de Alfabetización de Milei promete mucho, pero la ejecución es clave. Si logra transformar sus intenciones en acciones firmes y efectivas, podría marcar un antes y un después en la educación argentina. Sin embargo, las críticas y las dudas no son pocas. Solo el tiempo dirá si este ambicioso plan logra su cometido o si queda en el papel, como muchas otras promesas políticas. Por ahora, lo único seguro es que Milei seguirá viajando y moviéndose a toda velocidad, sin quedarse quieto ni un segundo. Esperemos que desde sus juntas internacionales no se olvide de su decadente educación argentina y las promesas para mejorarlo, a no ser que le guste imitar a funcionarios tales como el ex ministro Perczyk o al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.

Escrito por: Torrens Màximo