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CIENCIA

¿El núcleo de la Tierra se ha detenido?

En las últimas semanas, se ha hablado mucho del supuesto detenimiento del núcleo interno de la Tierra y las supuestas consecuencias que esto traería: desde efectos en el clima, la magnetósfera y la atmósfera hasta el supuesto apocalipsis y el fin de la vida en la Tierra. ¿Es verdad el hecho que se afirma? ¿Sucederán estas consecuencias?

Para afrontar estas preguntas, primero hay que aclarar que estas afirmaciones están muy alejadas de la realidad y de los estudios científicos actuales referidos al tema, siendo que todo lo anterior no es más que sensacionalismo y exageraciones de los fenómenos reales. Si bien es real nuestro desconocimiento frente a muchos fenómenos y preguntas básicas del estudio del interior del planeta, igualmente hay teorías estables y modelos que se amoldan muy bien a las realidades, las cuales van mejorando conforme a la tecnología y el análisis empleado.

El estudio y las mediciones hechos por varios sismólogos y geólogos desde la década de los ’60 en distintas partes del globo permitieron deducir que el movimiento y la rotación del núcleo interno de la Tierra son independientes del manto y la corteza terrestre. Lo que también se descubrió en esa década es que no solo rota de forma independiente, ino que lo hace a una velocidad más rápida –de forma relativa- a nosotros, en la superficie de la corteza terrestre.

Sin embargo, estudios de esta última década mostraron al mundo un cambio respecto a las observaciones tomadas en los años ’60: ahora, el núcleo interno parece estar detenido y hasta que va en dirección opuesta. Lo que en realidad sucede es que no tomamos en cuenta que nosotros –sobre la corteza terrestre- también nos movemos y por eso hablamos de movimiento relativo. Por tanto, lo que en realidad sucede es que el núcleo se mueve a una velocidad similar o menor que el resto de las capas terrestres.

Estudios recientes también permitieron determinar que estas variaciones de rotación del núcleo interno son parte de un ciclo que se repite con una frecuencia de 70 años.

Luego de entender que en realidad el núcleo no se ha detenido, sino que su velocidad ha variado y que lo hace con una frecuencia determinada, podríamos preguntarnos, ¿y esta alteración nos afecta en algo?

Ciertamente no hay una respuesta concreta, sino varias hipótesis. La idea más aceptada y con mayor cantidad de pruebas verificables expone que este ciclo maneja ciclos ambientales que ocurren en la superficie terrestre. Algunos ejemplos son el aumento y disminución del nivel del mar, la duración de los días y hasta el clima.

Estos fenómenos son minúsculos y no son considerados una amenaza, ya que suceden frecuentemente y, al parecer, siguiendo el ciclo natural del núcleo terrestre.

Este caso nos demuestra que no todo lo que leemos acerca de ciencia lo es en realidad. Muchas veces se exageran, se manipulan y hasta se inventan historias envueltas en el contexto científico para aparentar ser reales y ganar atención y consumo. Lejos de generar un bien, la ciencia sin fundamento – o pseudociencia-  nos afecta como sociedad, mostrando falsedades o exageraciones como realidad y produciendo una disminución en el conocimiento general o un desinterés en el mismo.

Por: Santiago Dorsch