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MEDIO AMBIENTE

Desertificación marítima

“Un bosque arrasado después del desmonte” fue la frase que usó Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de protección del Mar Argentino de Greenpeace para describir el fondo marino argentino, dañado por la pesca INDNR en el año 2019.

¿Qué es la pesca INDNR?

El término refiere a la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada, la cual tiene un grave efecto sobre la vida marítima y sobre todo cuando se da en zonas donde además se sufren los cambios climáticos, y es que en esta práctica no existe ningún tipo de selectividad. En ella se utilizan grandes redes con cadenas las cuales arrasan cualquier tipo de vegetación y forma de vidas que son imprescindibles para el ecosistema de la zona. La ONU también afirma que la pesca INDNR es una de las principales causas de que el 90% de los recursos pesqueros del mundo se vea desgastada.

“Todo esto genera que a muchas especies, como orcas y los elefantes marinos, les escasee sus fuentes de alimentación más comunes, como la merluza y el calamar que, además, son productos muy recurrentes en el comercio argentino”, añadió Vueso luego de la expedición en el Agujero Azul del Mar Argentino

¿Quiénes son los causantes?

Según Financial Transparency Coalition, las banderas más avistadas en el mundo de buques realizando esta práctica ilegal son de países de:

• Asia (54,7%)
• América Latina (16,1%)
• África (13,5%)
• Europa (12,8%)

En Argentina, banderas de países como China, Corea del Sur, Uruguay, Taiwán, España, Japón, Rusia, Panamá, Ucrania, Polonia, Chile, Belice, Ghana, Alemania, Reino Unido y Venezuela son las avistadas entre 1986 y 2020 en barcos capturados por la Prefectura Nacional Argentina.

También se sabe, gracias a la PNA, que estos buques generalmente provienen de tres rutas en especifico: desde el Océano Pacífico (ingresando por el Estrecho de Magallanes, desde los Océanos Índico y Atlántico y por el Atlántico Norte.

¿Qué soluciones se intentan llevar a cabo?

El pasado 26 de agosto, la ONU tuvo una reunión para sancionar una Ley de Protección Global de los Océanos de Aguas Internacionales, la cual buscaba controlar y proteger jurídicamente el 30% de las aguas internacionales para el año 2030, la cual aún teniendo a la Unión Europea y 100 países más apoyando el plan, fracasó debido a que no se pudo llegar a un acuerdo por culpa de intereses económicos ligados a la explotación pesquera y también a productos genéticos marítimos, estos últimos muy útiles para generar negocios a grandes escalas.

En Argentina, la PNA planea intensificar la vigilancia y los controles para salvaguardar la Zona Económica Exclusiva. Además, el pasado mes de julio se consiguió la media sanción en Cámara de diputados a un proyecto para la creación del Área Marina Protegida Bentónica “Agujero Azul”.

Sin dudas nos queda muchísimo por recorrer en la lucha contra la Pesca INDNR, pero por fortuna Argentina está totalmente al tanto de esta situación y está tratando de reducir la actividad ilícita en sus mares. Esperemos que el mismo camino se tome en el resto del mundo y se puedan llegar a acuerdos para proteger todo el ecosistema marino y oceánico que, a pesar de no poder verse como la fauna y vegetación de las selvas, bosques y humedales, siguen siendo de gran importancia en nuestro planeta, y aún siendo inmensas masas de agua, si no ponemos un límite, se encenderá un fuego que no podrá apagarse.

Por: Enzo Dubini