
La gestión Caputo comenzó este 2025 de la forma en la que ya lo habían anunciado el año pasado: quitando impuestos.
Como anticipó el ministro, el 2025 se va a caracterizar por la baja abrupta de, por lo menos, impuestos nacionales, y esas bajas no tardaron en llegar.
En primer lugar, se orquestó la baja temporal de las retenciones a la industria agropecuaria hasta el mes de junio. Por ejemplo, la soja pasará a tributar momentáneamente el 27%, cuando antes tributaba el 33%. No quiero hacer mucho énfasis en las implicancias que conlleva la baja de impuestos al agro, más que nada porque es evidente que llevará a un mayor nivel de exportación y, consecuentemente, liquidación por parte del sector productivo, que aún es el más importante del país en cuanto a generación de divisas se refiere (el sector de oil & gas lo igualaría en divisas generadas en unos años).

En lo que nos detendremos en esta nota es en la primera baja, esta vez permanente, de impuestos que ha llevado a cabo la gestión, la cual repercute en el sector automotriz. Se trata de la primera y segunda escala del impuesto interno, mal llamado impuesto al lujo. En particular, se ha eliminado la primera escala que adicionaba un 20% al valor de los autos 0km de entre 41 y 75 millones de pesos a precio final de venta, y la segunda, que impacta en los vehículos de más de 75 millones, se ha disminuido del 35% al 18%.
Gran parte de la oposición al Gobierno se ha jactado de que esta eliminación y rebaja de impuestos beneficia completamente a los mal llamados “ricos”, debido a que ahora los ricos, en vez de pagar 50 millones por un auto 0km, pasarían a pagar 40, lo cual es cierto, pero esta medida es igual o más beneficiosa para el mercado de autos usados, que es al que accede la gran mayoría de la población (y debería hacerlo toda, ya que los precios de 0km en Argentina, en cualquier marca y modelo, duplican o triplican los precios de, por ejemplo, Chile o Estados Unidos). Pongamos en números el por qué esta eliminación de impuestos favorece igual o más a las personas que acceden al mercado de autos usados.
Por mencionar un caso, el precio de un VW Vento 2025 equivale a 55 millones de pesos. Suponiendo que la marca reduce un 18% su precio para así ganar un 2% de margen adicional, esto arrojaría que el nuevo precio de la unidad sería de 45 millones netos. Si observamos un Vento 2024 usado en Mercado Libre, veremos que están pidiendo actualmente 50 millones, lo cual no sería validado por la demanda (debido a que por 5 millones menos obtendrían un 0km último modelo), por lo que estimamos que la unidad 2024 bajaría hasta por lo menos los 40 millones. Luego, si observamos la misma unidad, pero 2023, veremos que piden 46 millones, lo cual es irrisorio ya que el precio sería otra vez mayor a un modelo más nuevo, por lo que esa unidad bajaría hasta aproximadamente 36 millones para ser competitiva. Posteriormente, el Vento 2022 está publicado en 36 millones, pero bajaría hasta 32 para ser competitivo. Así, el mismo auto pero 2021 está publicado en 30 millones, por lo que disminuiría hasta 29. El modelo 2020 está publicado en 25 millones y ese continuaría siendo su precio. El Vento 2019 está publicado en 26 millones y disminuiría hasta 22 para poder competir. El 2018 está publicado en 20 y disminuiría hasta 19. El 2017 está publicado en 19 y descendería hasta 17. Y así sucesivamente hasta el modelo más viejo de la marca que más le guste a cada consumidor.
Lo que vemos es que el efecto en cadena que genera la quita de este impuesto es beneficioso también (si bien es en menor medida porcentual) para el público que accede al mercado de usados que son, en su mayoría, jóvenes que recién están saliendo al mercado laboral o familias que inteligentemente prefieren un usado poco caminado antes que un 0km alcanzado por muchos impuestos que, en su gran mayoría (no todos), en otros países no existen.
Para finalizar, me gustaría dejarles el link a un editorial de un periodista destacado del sector automotriz que explica a detalle cómo repercute en cada segmento automotriz la eliminación y rebaja de este impuesto.
Escrito por: Varela, Álvaro