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Para este artículo, quiero exponer la importancia de los ecosistemas en el medioambiente, cómo funcionan, el impacto que sufren debido a la actividad humana y cómo estamos afrontando estas consecuencias. Para esto, considero fundamental dejar en claro ciertos aspectos importantes para la comprensión de un tema tan extenso como son los ecosistemas.

En primer lugar; ¿qué son los ecosistemas?

Un ecosistema se podría definir como una unidad ecológica por la que fluyen materia y energía. Le llamamos ecosistema al sistema físico y biológico formado por seres vivos que habitan en un medio físico delimitado. ¿Y esto qué quiere decir? Que el ecosistema es un conjunto particular de seres vivos que pertenecen a un medio ambiente concreto.

En cada ecosistema, existe entre sus factores una relación de interdependencia. Alterar un eslabón de la cadena podría influir en otro aparentemente lejano y diferente. Podría suceder que distintos ecosistemas se alteren entre sí por esta “pequeña” modificación.

Hay distintos ejemplos y tipos de ecosistemas, como pueden ser acuáticos, terrestres o mixtos. Conocerlos es esencial para la conservación del medioambiente, y acá es donde nos preguntamos: ¿cuál es su función y por qué debemos protegerlos?

La importancia de los ecosistemas

Como dije anteriormente, los ecosistemas están conformados por distintas especies, y a mayor número de especies, mayor biodiversidad. Esto también significa mayor capacidad de recuperación para el ecosistema, ya que las especies pueden tomar parte al reducir los efectos que una alteración provoca a su estructura, lo cual reduce las posibilidades de un cambio en el mismo. Es decir, la biodiversidad confiere a los ecosistemas un abanico amplio de opciones antes del cambio.

Por ende, la importancia de los ecosistemas reside en la protección de distintas especies y tipos de entorno, además de los recursos naturales que brinda. Un cambio en un ecosistema supone un efecto causa-consecuencia en todo lo relacionado a este.

Un ejemplo para este caso podría ser lo que sucede con las abejas, que son una parte vital de los ecosistemas. Ellas representan la mayor población de polinizadores del mundo, lo que significa que sin ellas, el planeta no tardaría mucho en quedarse sin vida, gracias a que los polinizadores son quienes permiten la reproducción de un 80% de las plantas con flores del mundo. Y sí, polinizan también nuestros cultivos.

Sin embargo, actualmente la población de polinizadores (principalmente abejas y mariposas) ha disminuido de manera preocupante debido a la agricultura intensiva, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas y el cambio climático, entre otros. Su desaparición significaría un cambio casi total en los ecosistemas.

Lo que nos lleva a otra cuestión; ¿qué estamos haciendo para proteger los ecosistemas y sus especies?

La actividad humana es una de las principales amenazas para los ecosistemas, pero está en nuestras manos cambiar eso.

En este sentido, la ONU ha querido contribuir a la difusión de este mensaje mediante sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. El ODS 15: Vida de Ecosistemas Terrestres, consiste en la gestión sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad.

Además, hay distintas empresas y organizaciones ya comprometidas con la causa, intentando revertirla. Así mismo sucede con las personas; mientras más seamos, mejor preparados vamos a estar.

Por: Ariana Amaya

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