En un laboratorio de Corea del Sur, los científicos están trabajando arduamente para revolucionar la forma en que almacenamos energía. Su objetivo: crear una batería de iones de sodio que podría reemplazar al omnipresente litio.
El litio fue el rey indiscutible de las baterías recargables durante décadas. Sin embargo, su extracción y procesamiento pueden ser costosos y, en algunos casos, perjudiciales para el medio ambiente. Además, la demanda mundial de litio está aumentando rápidamente debido a la proliferación de dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos.
Acá es donde entra en juego el sodio. El sodio es abundante, más barato y menos dañino para extraer que el litio. Al mismo tiempo, no está sujeto a las mismas restricciones geopolíticas que afectan al suministro de litio. Si los científicos pueden superar los desafíos técnicos, las baterías de iones de sodio podrían democratizar el acceso a la energía limpia y sostenible.
Las baterías de iones de sodio funcionan de manera similar a las de litio. Tienen un ánodo y un cátodo separados por un electrolito. Cuando se carga la batería, los iones de sodio fluyen desde el ánodo hacia el cátodo, almacenando energía. Cuando se descarga, los iones de sodio regresan al ánodo, liberando esa energía.
Tranqui, yo sé que puede resultar algo confuso, y que no entendiste nada, así que te lo voy a explicar de otro modo. Prestá atención:
Imaginá la batería como un pequeño contenedor con dos partes importantes: el ánodo y el cátodo. El ánodo es donde se almacena la energía cuando la batería se carga, y el cátodo es donde se libera la energía cuando esta se descarga.
El electrolito es una sustancia que permite que los iones (partículas cargadas) se muevan entre el ánodo y el cátodo. Es como un puente que conecta las dos partes de la batería.
Cuando conectás la batería a una fuente de energía (como un cargador), los iones de sodio fluyen desde el ánodo hacia el cátodo a través del electrolito. Esto almacena energía en la batería. Cuando usas la batería (por ejemplo, en un dispositivo), los iones de sodio regresan al ánodo, liberando la energía almacenada.
Sin embargo, hay un desafío importante: el sodio es más grande que el litio, lo que dificulta su movimiento a través del electrolito. Los científicos están investigando materiales y estructuras que permitan una carga y descarga eficientes, sin comprometer la vida útil de la batería.
Las baterías de iones de sodio podrían tener un impacto significativo en diversas áreas:
Aunque las baterías de sodio todavía no están listas para el mercado masivo, los avances son prometedores. Los científicos están optimizando materiales, mejorando la eficiencia y aumentando la vida útil. En unos años, podríamos ver una nueva era de almacenamiento de energía, donde el litio comparta el trono con su primo más abundante: el sodio.
Escrito por: Serenelli Guido