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MEDIO AMBIENTE

Argentina: nuevas amenazas a uno de los patrimonios de la humanidad

La Península de Valdés, ubicada en la provincia de Chubut, es una de las áreas protegidas ubicadas en nuestro país, y ha sido catalogada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por su importante biodiversidad. Lugar conocido mundialmente por recibir, año tras año, a la ballena franca austral en su ciclo reproductivo, considerada como Monumento Natural a nivel nacional, como también es hogar de pingüinos, lobos marinos, elefantes marinos y una flora única.

El problema viene cuando la ley N°3308, la cual protege al Golfo San Matías –y por lo tanto la Península de Valdés- de actividades con fines de lucro que puedan modificar y explotar el suelo, costa o territorio marítimo de la zona, fue modificada por la Cámara de Legisladores de Río Negro –provincia donde se ubica el Golfo mencionado con anterioridad-, permitiendo dichas actividades.

Esto abre un abanico de oportunidades para distintas empresas, entre las que se destacan las hidrocarburíferas, a la hora de diseñar nuevos proyectos a su beneficio. Entre estos, se destacó rápidamente el propuesto por YPF, la cual busca unir Vaca Muerta con Punta Colorada –zona costera del Golfo San Matías- a través de un oleoducto y construir un puerto petrolero allí.

Los ambientalistas y organizaciones no tardaron en responder a este proyecto con marchas y movilizaciones en contra del mismo. No obstante, quien dejó una mejor respuesta a la propuesta fue José María Musmeci, Presidente de la Fundación Patagonia Natural.

El mismo explicó de forma clara qué efectos traería dicho proyecto en todas las etapas, desde su construcción hasta su funcionamiento en los próximos años, destacando el impacto al Golfo San José en la Península de Valdés.

En primer lugar, hay que destacar que esta obra traerá consecuencias al ambiente de forma inevitable, ya sea en su construcción, en el funcionamiento del oleoducto o el puerto y hasta por parte de los mismos buques que ingresarían al golfo. Por otro lado, un futuro accidente en estas instalaciones ocasionaría de forma segura un derrame de petróleo en el golfo, lo cual sería catastrófico para la biodiversidad presente en el área.

La poca renovación del agua en el golfo San Matías y en el San José a comparación del mar abierto complejiza la situación, generando un impacto aún mayor.

Por último, se expusieron antecedentes de desastres causados por derrames de petróleo en la zona, como el ocurrido en 1991 frente a la costa de la Península de Valdés, en la que murieron más de 17.000 pingüinos, o en 2008, donde el área pesquera quedó duramente afectada.

La flexibilidad de los gobiernos frente a proyectos con un flujo económico alto a costa de un gran impacto ambiental deja al desnudo la falta de responsabilidad y compromiso con el cuidado del mismo. La pérdida de este recinto significa una posible disminución, o hasta extinción, de especies esenciales para el ambiente, sin hablar de la propia contaminación que conllevan estas actividades petrolíferas.

Por: Santiago Dorsch