Aprendiendo en las fronteras

El 14 de marzo de 1972 se aprobó la ley 19.524, que implementó la creación de las escuelas de frontera para afianzar la soberanía argentina a través de la educación. A partir de ese año, se conmemora, durante esta fecha, el Día de las Escuelas de Frontera, para tomar conciencia de lo importante que son estos establecimientos, que a pesar de la distancia y condiciones precarias que padecen, siguen en pie para hacer valer el derecho que se nos otorgó desde nacimiento: la educación.

Según la reglamentación, estos establecimientos educativos fueron “fundados con el propósito de que ningún argentino deje de asistir a clase, por más alejado e inhóspito que sea el lugar en que habite”. Aunque varias veces estos lugares queden marginados y ocupen los últimos puestos de importancia a nivel educativo dentro del gobierno, siguen a flote.

La implementación de escuelas en estas zonas rurales trae consigo la urbanización del área, servicios básicos como el agua, gas, luz, etc. En muchos casos, no serían posibles si no se construyeran estos asentamientos.

La educación es el arma más poderosa contra la desigualdad y, de cierta forma u otra, corta con la injusticia social, pero para promover la equidad tenemos que afianzar las posibilidades de todos los argentinos, fomentando el aprendizaje de cada uno de los habitantes de este territorio sin distinción de sexo, raza, condición social y demás factores.

La predisposición de los maestros de querer enseñar y la de los alumnos de querer aprender hacen de estas instituciones un hogar para miles de estudiantes. El esfuerzo y dedicación que ponen para poder concurrir a las clases es un digno ejemplo de los valores que tendríamos que tener y fomentar como sociedad.

Escrito por: Petacci Rafaela