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CIENCIA

Año nuevo, nuevas esperanzas para encontrar vida extra-terrestre

El 2024 será un año repleto de nuevas misiones espaciales las cuales, con sus propios objetivos, motivarán la exploración del universo, la utilización de nuevas tecnologías y, por supuesto, la expansión de nuestro conocimiento como especie.

Los objetivos que cada una de estas misiones busca cumplir suelen venir en formato interrogativo, pues las preguntas son aquellas que motivan a los estados y a entes privados a dedicar tanto dinero, capital humano y tiempo para llevarlas a cabo. Algunos de estos interrogantes son más bien prácticos y, en un sentido u otro, son aplicables a corto plazo para mejorar nuestro bienestar social; otras mas bien son universales y buscan, con sus variadas respuestas, saciar algunas de nuestras dudas existenciales como sociedad y como individuos.

Este ultimo tipo de preguntas son las que más llaman la atención del publico y a los propios científicos -quienes no dejan de ser personas-, pues son temas que nos competen a todos y, en algún momento de nuestra vida, nos hemos preguntado.

Como ya ha sido expuesto en variados artículos anteriores, ha habido una gran cantidad de misiones e intentos para encontrar algún rastro de vida fuera de nuestro planeta, siendo esto una duda constante a lo largo de la historia de la investigación espacial, como también del propio intelecto humano. Proyectos como el Perseverance en marte, las sondas Voyager o la reciente OSIRIS-Rex son ejemplos del esfuerzo que se hace por encontrar una respuesta basada en pruebas fehacientes. Con resultados prometedores, aunque poco certeros y repletos de incertidumbre, los intentos y las misiones seguirán rumbo a mejores resoluciones.

En octubre de este nuevo año, la NASA planea enviar una nueva misión al espacio con la cual busca, como uno de sus principales cometidos, contribuir a esta duda. El objetivo al que apunta es a una de las lunas galileanas de júpiter -observadas por el mismo Galileo Galilei en el siglo XVII-, específicamente Europa. Esta luna joviana fue visitada por sondas como las Voyager, Galileo y mas recientemente por Juno. No obstante, la novedosa misión de la NASA se enfocará exclusivamente en ella.

La nueva misión de la NASA se llama Clipper y su objetivo será analizar de forma detallada a la luna helada de júpiter, Europa, como ya fue mencionado. El atractivo de este cuerpo celeste es su composición, pues cuenta con una superficie de hielo y un océano subterráneo que, según aproximaciones, posee mas agua que la tierra. Si consideramos a la presencia de agua como un factor clave para el desarrollo de la vida -por lo menos, como la conocemos-, entonces este vuelve a Europa en un posible escenario para el desarrollo de esta.

Para analizar las condiciones en esta luna joviana, la sonda Clipper llevará consigo múltiples cámaras en distintas longitudes de onda como infrarrojo, luz visible e ultravioleta con la intención de ver su temperatura y la posible presencia de elementos clave para la vida -como el carbono, nitrógeno, hidrogeno, oxigeno, entre más-. Por otro lado, para protegerse del intenso campo magnético de júpiter, la sonda contará con una estructura hecha de titanio, la cual protegerá instrumentos delicados.

Si el lanzamiento de Clipper se realiza en los tiempos programados, la sonda llegará a júpiter en 2030 y, de ahí en más, tomará la orbita de Europa para el análisis de esta.

Sus resultados serán clave para el avance de investigaciones futuras, pues no solo aplica lo último en tecnología y conocimiento espacial, sino que pone en el marco científico a una pregunta existencial como lo es la posible vida en otros cuerpos celestes, adjudicando a la misma conceptos realistas y fehacientes donde antes solo eran hipotéticos y sin bases experimentales.

Escrito por: Dorsch Santiago