AgTechs y productores: una sinergia donde la tecnología y la tradición se reinventan

Las nuevas tecnologías tienen un notable impacto a distintas escalas, tanto en nuestra cotidianidad como en los múltiples sectores productivos. El ámbito agropecuario no es una excepción a esto.

En esta nueva edición de ExpoAgro, donde productores, inversores y empresas se encuentran en un mismo evento, se pudo observar la influencia de tecnologías emergentes en distintos procesos que se realizan en el campo. No es una novedad esta integración: desde las primeras máquinas de arado hasta la IA en la actualidad, la tecnología ha estado inmersa en los procesos agrícolas y ganaderos.

No obstante, esta sinergia no es precisamente un statu quo. Año tras año podemos observar una mayor participación de innovaciones tecnológicas en procesos agropecuarios, como la optimización de cadenas productivas, mejoras en la calidad de servicios, creación de sistemas que analizan la calidad del producto… Los fines de este sector productivo no cambian, eso es cierto; pero la forma en la que se realizan los procesos es un constante reinvento del estado anterior.

De esta manera, la ExpoAgro 2025 trajo un abanico de AgTechs -concepto que refiere a tecnologías diseñadas para aplicarse en procesos agropecuarios- que resultan no menos que novedosas y llamativas para el sector. No solo nos encontramos con una profundización de tecnologías previamente diseñadas para el agro, sino también con la aparición de nuevas invenciones -al menos en aplicaciones agrarias/ganaderas-. ¿Cuáles son algunos de estos desarrollos?

En lo que respecta a maquinaria agrícola, distintas empresas -entre las que se destaca Metalfor- han presentado nuevamente vehículos autónomos que, mediante sensores y sistemas inteligentes, pueden realizar el riego de cultivos u otras acciones.

Por otro lado, la digitalización de datos de producción y financieros se vio motivada por desarrollos de software especializado. Múltiples empresas -principalmente startups– tienen propuestas de programas que permiten registrar las producciones, junto con el rendimiento financiero y todas las estadísticas subyacentes, para llevar un control más ordenado por parte del productor. A esta estructura se le pueden sumar otras funciones, como la visualización de las bolsas de comercio agropecuario e incluso sistemas de IA.

Vale hacer un apartado distinto a esta ultima mención. Estos sistemas de inteligencia artificial permiten a estos desarrolladores una gran amplitud de nuevas funciones para sus respectivos sistemas. Las predicciones en base a datos del historial del productor y contestadores automáticos son funciones potencialmente útiles, así también como otras más sutiles, pero que mejoran el funcionamiento del software y la calidad de las estadísticas.

La accesibilidad a modelos de IA previamente entrenados es un factor que juega a favor de estas empresas emergentes. Si no fuera posible acceder a las bases de datos de IA previamente entrenados, estas startups deberían construir centros de entrenamiento de IA, lo cual es una inversión que conlleva altos costos, contratación de personal capacitado y tiempo. Gracias a que es accesible el uso y parametrización de inteligencias artificiales ya entrenadas -tales como las desarrolladas por Open AI-, la implementación de estos sistemas inteligentes a la agroindustria actual es viable.

Otra tecnología que se integra a las actividades agropecuarias es el internet satelital. Desde el ingreso de Starlink a Argentina, cualquier productor puede pagar por el servicio, mejorando la conectividad WIFI. Esto permite mantenerse conectado con softwares, como los mencionados anteriormente, en cualquier momento y en cualquier lugar.

Pero no todos los desarrollos son de capitales privados. El INTA -Instituto Nacional de Tecnologías Agropecuarias- tiene múltiples proyectos tecnológicos, de los cuales mencionaremos 3 de ellos.

Para productores de papa y cerezas -2 materias primas que su exportación o venta a privados tienen altos estándares de calidad- desarrollaron la “Papatrónica” y la “Cereza electrónica”. Estos dispositivos son un conjunto de sensores que tienen el mismo peso, tamaño y dureza que una papa y una cereza real, respectivamente. Incluyendo algunos de ellos en los cargamentos de la materia prima, se puede medir el impacto que sufren mientras son transportadas, catalogando la calidad del lote.

El otro proyecto tecnológico se enfoca en una problemática distinta: la cantidad de contactos que el productor precisa para realizar su tarea. Necesita establecer vínculos con ingenieros, vendedores de insumos, compradores de sus productos, startups y fondos de inversión -nombrando solo los principales-. Frente a esto, el INTA desarrolló una página web llamada AgTech.AR, donde el productor tiene un contacto directo con quienes necesite y en un solo lugar, evitando tener que comunicarse con múltiples personas por diferentes medios.

Esto es un poco de las AgTechs que se suman a la agroindustria este 2025. Si bien es clave el desarrollo de estas tecnologías emergentes, es esencial que el productor tenga acceso a ellas mediante la información. Por esta razón, eventos como la ExpoAgro juegan un rol protagónico: por 4 días, el productor tiene un contacto directo y presencial con lo último en desarrollos, donde puede analizar sus ventajas y si es rentable su adquisición.

Tal y como ocurre en la simbiosis, ambos seres vivos se ven beneficiados por su relación; la industria AgTech y el sector productivo se retroalimentan por medio de su vínculo.

Escrito por: Dorsch, Santiago