Aquel 4 de julio del 2012 fue uno de los días más importantes de la física, más específicamente, de la física cuántica, de la historia. En esa fecha, un equipo de investigadores del CERN descubre, luego de medio siglo desde su teorización, al Bosón de Higgs. ¿Qué es esto? ¿Cuál es la historia de este descubrimiento? Estás preguntas serán respondidas a lo largo de este artículo.
Todo comenzó en el año 1964, cuando un grupo de físicos –entre los que se encontraba Peter Higgs- buscaban una explicación a la masa, ya que, hasta esa época, no había ninguna descripción concreta de este concepto básico. A través del cálculo matemático, llegaron a un concepto de campo, al que llamaron “Campo de Higgs”, el cual describe a la masa como la interacción de las partículas con este campo. Mientras más interaccionen con él, más masa poseerán y viceversa.
Con este campo, también se había teorizado una partícula equivalente, llamado Bosón de Higgs –o bien “partícula de dios”, como la prensa y algunos científicos decidieron llamarla-, la cual es la excitación de este campo. En la teoría, todos estos mecanismos funcionaban a la perfección, tanto del campo como el de la partícula de Higgs. No obstante, no hubo como probar de forma practica la existencia de ambos, debido a que no existía la tecnología suficiente para detectarlos.
Una cosa era segura: en caso de existir esta partícula, completaría de forma satisfactoria nuestro modelo del universo y sus componentes, dando un gran paso hacia un mejor conocimiento de este. Tuvieron que pasar muchos años para poder llegar a probar o refutar esta teoría, que por el momento seguía siendo una hipótesis más.
La creación del CERN fue clave en esta historia; aún más especial la fundación del LHC. La primera de estas dos siglas que mencioné anteriormente refieren a un centro de investigación, ubicado en la frontera de Suiza y Francia, donde se aceleran partículas a altas velocidades y se colisionan para ver los productos que surgen de este proceso –maquinarias a las que llamamos “aceleradores de partículas”– . La segunda sigla que nombré, el LHC, es uno de los aceleradores de este centro. Consta de un círculo de 27 kilómetros de largo en el que se aceleran protones a velocidades altísimas para luego colisionarlos. ¿Qué relación tienen este acelerador de partículas con el Bosón de Higgs? La respuesta es clara: en este lugar, el 4 de julio de 2012, se descubrió esta partícula, luego de más de 40 años desde su teorización.
Luego de varios intentos con resultados no tan precisos en años anteriores, el llevado a cabo en esta fecha mostró a los encargados del proyecto, entre los que se encontraba Peter Higgs, el tan buscado Bosón de Higgs, luego de una colisión entre protones en el LHC. Este hecho hizo merecer a Peter, junto con uno de sus compañeros, François Englert, el Premio Nobel de Física en el año 2013.
Un dato curioso de esta historia es que, entre los científicos seleccionados que ingresan al CERN y pudieron apreciar este descubrimiento, se encontraba Javier Santaolalla, divulgador científico el cual nombramos en un artículo anteriormente.
En la ciencia se encuentran miles de casos como el del descubrimiento del Bosón de Higgs, en los que se teoriza el concepto para luego ser descubierto muchos años después. Es una de las grandes características de este campo de estudio. A través de las matemáticas y otros métodos, somos capaces de predecir hechos presentes y futuros. Sin embargo, muchas veces la tecnología no va al mismo ritmo, necesitándose más años para ponerlo a prueba y/o en práctica.
Por: Santiago Dorsch